Reportaje:

Apadrine un submarino

Los constructores del 'Ictineu 3' lanzan una campaña popular de recaudación de fondos para capear la crisis y acabar el sumergible, que precisa 200.000 euros

Hay muchos submarinos en la historia a los que les ha costado volver a la superficie. Al Ictineu 3 le está costando sumergirse.

El minisubmarino científico catalán destinado a ser puntero en su categoría y el noveno del mundo en profundidad de inmersión (1.200 metros) debía estar ya desde hace un año surcando los abismos del mar pero la falta de fondos (!) le tiene aún en dique seco. Tras siete años de construcción, 45.000 horas de trabajo y una inversión ya realizada de 1,8 millones de euros, según el responsable del proyecto, Pere Forés (director de la empresa privada Ictineu S...

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Hay muchos submarinos en la historia a los que les ha costado volver a la superficie. Al Ictineu 3 le está costando sumergirse.

El minisubmarino científico catalán destinado a ser puntero en su categoría y el noveno del mundo en profundidad de inmersión (1.200 metros) debía estar ya desde hace un año surcando los abismos del mar pero la falta de fondos (!) le tiene aún en dique seco. Tras siete años de construcción, 45.000 horas de trabajo y una inversión ya realizada de 1,8 millones de euros, según el responsable del proyecto, Pere Forés (director de la empresa privada Ictineu Submarins SL), el sumergible precisa de 200.000 euros para estar acabado. A fin de recaudar esos fondos y tras fallarle las vías de financiación que considera deberían ser "las normales para un proyecto de investigación de estas características en un país moderno", Forés ha decidido capear la crisis y lanzar una campaña de suscripción popular (crowd funding) para que el submarino alcance su medio natural. El objetivo: tener el Ictineu 3 en el agua a principios de 2012 y empezar las inmersiones de prueba.

Un particular ha financiado las luces exteriores, que cuestan 15.000 euros

La sorprendente iniciativa de apadrinar un sumergible parece haber prendido en la sociedad (vaya usted a saber si por la proximidad del estreno de Las aventuras de Tintín, con el minisubmarino escualo de Tornasol) y en los primeros 17 días se ha conseguido 22.000 euros. En su mayor parte son pequeños patrocinios (se pueden hacer aportaciones a partir de 50 euros y te incluyen el nombre en el carenado), pero un particular ya ha colaborado en la modalidad de apadrinamiento de equipo y ha puesto 15.000 euros para que el Ictineu 3 tenga luces exteriores y pueda escudriñar en la tenebrosa oquedad de los océanos. Si alguien se anima, hay otros equipamientos a cubrir: por ejemplo, los timones de dirección de profundidad (15.000 euros), el sistema de posicionamiento acústico (42.500) y el brazo robótico (35.250), que no sería imprescindible para los ensayos de inmersión (vamos, que no lo lleva de serie) pero haría falta si te topas con el tesoro de Rackman el Rojo. Forés confía en animar a las empresas para los mecanismos más caros.

El Ictineu 3, como verán por la foto, no es el Seaview, ni el U-47, ni el Nautilus, sino un pequeño submarino de investigación y rescate. Solo tiene capacidad para el piloto y dos pasajeros, pero en la actualidad, destaca Forés, no hay ninguna nave capaz de sumergirse por debajo de los 600 metros con tres personas. Su inventor lo considera "la herramienta con la que se realizarán la mayor parte de los descubrimientos científicos submarinos de los próximos años en el Mediterráneo occidental", nada menos. Émulo de Monturiol, Forés será el primer piloto del Ictineu 3. Aún no está decidido dónde se realizará la primera inmersión pero "no iremos lejos y el lugar será el más parecido al que se sumergieron los dos primeros Ictineos" (el puerto de Barcelona).

A la pregunta de si la suscripción popular no comporta que el Ictineu 3 vaya a salir a la mar con riesgos, su promotor subraya: "En absoluto, el nivel de seguridad es altísimo".

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Pere Forés y su socia Carme Parareda, impulsores del Ictineu 3, a bordo del sumergible, en construcción.

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