Análisis:EL ACENTO

Pulso a Univisión

La gran y admirada democracia de Estados Unidos ofrece síntomas preocupantes. Al ascenso del Tea Party le ha seguido un férreo acoso a la inmigración ilegal y, en una nueva vuelta de tuerca, los republicanos se han lanzado a una batalla de la que pueden salir escaldados: han amenazado a la cadena de televisión Univisión con el boicot por haber emitido un reportaje en el que el senador de Florida Marco Rubio sale mal parado. En dicho documental se contaba que el cuñado de Rubio fue condenado en 1989 por tráfico de drogas.

El intento de acallar a un medio de comunicación en un país en el ...

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La gran y admirada democracia de Estados Unidos ofrece síntomas preocupantes. Al ascenso del Tea Party le ha seguido un férreo acoso a la inmigración ilegal y, en una nueva vuelta de tuerca, los republicanos se han lanzado a una batalla de la que pueden salir escaldados: han amenazado a la cadena de televisión Univisión con el boicot por haber emitido un reportaje en el que el senador de Florida Marco Rubio sale mal parado. En dicho documental se contaba que el cuñado de Rubio fue condenado en 1989 por tráfico de drogas.

El intento de acallar a un medio de comunicación en un país en el que la libertad de prensa ha sido tradicionalmente sagrada es de por sí alarmante, pero esta batalla tiene aún otra dimensión: el voto de la comunidad hispana, principal clientela de Univisión y sin la cual se considera que hoy en día ningún candidato puede acceder a la Casa Blanca.

Porque el Tea Party tiene, sin duda, su público y este, según todos los indicios, va en aumento. Su influencia ha sido decisiva para que cinco Estados hayan aprobado ya leyes de tintes racistas que suponen un acoso total a la inmigración ilegal, germen fundamental de la sociedad de este país.

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De hecho, la mayoría de los ciudadanos está a favor de estas nuevas normas que incluso pretenden negarle a los niños la escolaridad pública en caso de ser hijos de inmigrantes no documentados. La seguridad se ha impuesto a la política de puertas abiertas que dio origen a un país integrador como pocos. Ahora, según parece, lo que da votos es la mano dura.

Entablar un pulso con Univisión puede, sin embargo, darle un serio disgusto al Partido Republicano. Porque si la audiencia hispana de la cadena televisiva toma partido en su contra, sus opciones para descabalgar a Obama pueden reducirse drásticamente. Eso siempre y cuando la teoría funcione, pues lo cierto es que Univisión está en contra de las nuevas leyes de inmigración sin que, aparentemente, eso haya movilizado al electorado contra esta ola conservadora, y lo cierto es también que el presidente que contó con el favor de los hispanos, Barack Obama, ha sido hasta la fecha implacable con la inmigración ilegal.

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