Los otros másteres del Gobierno

Son títulos que difícilmente colgarán del currículum de los conselleiros. Se obtienen en fiestas y romerías de fin de semana y conllevan para quien los recibe, la penitencia de posar con estrafalarias capas y sombreros, a veces bajo un sol de justicia. El Gobierno gallego se ha entregado este agosto a las ferias gastronómicas para solaz de la oposición, que acusa a la Xunta de haber "cerrado por vacaciones" en medio de una tormenta económica que ha arruinado 60.000 empleos en esta comunidad desde la llegada del PP al poder.

En su regresó al Gobierno gallego, Alberto Núñez Feijóo y el re...

Son títulos que difícilmente colgarán del currículum de los conselleiros. Se obtienen en fiestas y romerías de fin de semana y conllevan para quien los recibe, la penitencia de posar con estrafalarias capas y sombreros, a veces bajo un sol de justicia. El Gobierno gallego se ha entregado este agosto a las ferias gastronómicas para solaz de la oposición, que acusa a la Xunta de haber "cerrado por vacaciones" en medio de una tormenta económica que ha arruinado 60.000 empleos en esta comunidad desde la llegada del PP al poder.

En su regresó al Gobierno gallego, Alberto Núñez Feijóo y el resto de su equipo se han acomodado a las viejas costumbres de Fraga de empatizar con la multitudes festivas, y su gabinete de comunicación incluso convoca formalmente a la prensa para que inmortalice tales eventos. En el caso de la televisión autonómica con notable éxito. Da igual que sea como Cabaleiro Serenísimo do Albariño en Cambados, o de Comendador do Cocido de Lalín, las cámaras de TVG están allí para retratar el baño de multitudes presidencial que siempre encuentra hueco entre las noticias.

Feijóo es miembro de las órdenes del Albariño, el Cocido y la Vieira

Juárez es "monteiro maior" en Viveiro y cofrade del Viño do Condado, entre otros

En la última edición de la Festa do Albariño, a principios de agosto, el presidente ejerció de "gran maestro" para apadrinar a dos de sus conselleiros. Como exige el protocolo, golpeó con una rama de parra sobre el hombro al titular de Economía, Javier Guerra, y a la de Mar, Rosa Quintana, para que ambos jurasen defensa eterna del vino de las Rías Baixas. Un año atrás, semejante honor había recaído en sus compañeros de gabinete, Agustín Hernández, conselleiro de Medio Ambiente, y Roberto Varela, de Cultura, que también pasearon el manto marrón sobre la piedra de la villa pontevedresa.

Más al sur, en el castillo de Salvaterra, otro grupo de bodegas también ha consagrado la Cofradía do Viño do Condado, como la de Cambados con capa y diploma para sus embajadores. Hace dos semanas fue Samuel Juárez, caballero a su vez del albariño, quien recibió tal condecoración, ante la atenta mirada del presidente de la Diputación de Pontevedra, Rafael Louzán, compañero en ambas órdenes.

El mismo titular de Medio Rural, que como responsable de la política agroalimentaria es el primer invitado del Gobierno a estos eventos, ya ostentaba la consideración de "monteiro maior" que recibió en la Rapa das Bestas de Candaoso, en Viveiro, el verano anterior. El currículum festivo de la Xunta distingue a Guerra como Comendador del Cocido de Lalín, reconocimiento que también recibió su antecesor, el nacionalista Fernando Blanco, y a Alfonso Rueda, titular de Presidencia, como miembro fundador de la Cofradía do Xamón de A Cañiza, que también tiene capa y celebración en agosto.

El propio presidente de la Xunta está comprometido desde antes de serlo, como integrante de la Enxebre Orden da Vieira. Así que además de cantar los beneficios del cocido, de defender en vida el albariño y brindar con él, Feijóo se obliga a ejercer también y para siempre de "madrigallego", denominación de Borobó para emigrantes de altos vuelos en la capital.

Esta entidad sin ánimo de lucro que también viste a sus integrantes con capa y concha de vieira al cuello "exalta la galleguidad y el reencuentro de la diáspora". Junto a Feijóo, su mentor y ahora tesorero nacional del Partido Popular, José Manuel Romay Beccaría, es miembro de la orden que se fundó en 1967 "sin limitaciones ideológicas". El año pasado, el colectivo que presume de tener una larga lista de espera, dio acogida a Mario Conde. Entre sus mandamientos, está "saber alternar el pote gallego con el cocido madrileño y la muiñeira con el chotis". Además de "tener el don de la ubicuidad porque aunque lejos de su tierra, sabe estar Sempre en Galicia (sic), como decía Castelao".