La orquesta de Torroella se muda en busca del éxito internacional

Realizará tres grabaciones para una discográfica belga

La Academia 1750, orquesta residente del Festival de Músiques de Torroella de Montgrí (Baix Empordà), siente que el evento se le queda pequeño y busca internacionalizarse. El primer paso para conseguirlo es abrirse al resto del territorio catalán, anunció ayer el director del festival, Oriol Pérez. Por ello, la orquesta abandona las tierras gerundenses y se muda a las instalaciones del Món de Sant Benet (Bages) durante los próximos tres años. También realizará tres grabaciones con la discográfica belga Outhère. Y todo ello, sin dejar de participar en Torroella.

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La Academia 1750, orquesta residente del Festival de Músiques de Torroella de Montgrí (Baix Empordà), siente que el evento se le queda pequeño y busca internacionalizarse. El primer paso para conseguirlo es abrirse al resto del territorio catalán, anunció ayer el director del festival, Oriol Pérez. Por ello, la orquesta abandona las tierras gerundenses y se muda a las instalaciones del Món de Sant Benet (Bages) durante los próximos tres años. También realizará tres grabaciones con la discográfica belga Outhère. Y todo ello, sin dejar de participar en Torroella.

"Estamos en una encrucijada, queremos dar un paso adelante y tenemos calidad para hacerlo", explicó ayer Pérez. Para encarar el futuro, cuentan con la soprano navarra María Bayo. La gran voz cerrará mañana el Festival de Torroella con dos cantatas sacras de Giovanni Batista Ferrandini (1701-1791) inéditas en el país, Il pianto di Maria y Ecco quel tronco. La producción con la soprano, además, será la primera grabación con la discográfica Outhère.

"Es un concierto particular", declaró el director de la Academia 1750, Stefano Demicheli. Las piezas muestran las dos facetas del compositor del siglo XVIII. La primera es "un texto formidable, de un dramatismo absoluto", dijo. La segunda, en cambio, es más ligera y busca el contrapunto de la ironía. Ambas, sin embargo, mantienen el concepto del barroco. Pese a que Bayo es una experta en Mozart, admitió "sentirse cómoda" en este repertorio. Ya interpretó Il pianto di Maria en Portugal y considera que es "una obra maravillosa".

La adquisición de las partituras trajo de cabeza a la orquesta. No las consiguieron hasta un mes antes del concierto y no provenían del manuscrito original. Contenía errores que Demicheli corrigió cuando lo hizo sonar. Desde el lunes, en una de las salas de la nueva sede los 15 músicos que conforman el último proyecto de la orquesta rodean un clavecín rojo con detalles dorados. Lo toca Demicheli con la mano derecha. Con la izquierda, dirige el ensayo. Los instrumentos suenan. Y detrás de él, María Bayo llena el lugar con su voz.

Desde su fundación, en 2006, la orquesta ha ampliado su actividad y suma 25 actuaciones. El proyecto necesitaba huir de batutas invitadas y el año pasado nombró director titular a Demicheli. La declaración de intenciones viene sustentada por la recuperación del patrimonio musical catalán. "Lo único que salvará a la cultura en tiempo de crisis es la excelencia", sentencia Demicheli. Y la Academia 1750 apuesta por ella.

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