Un manual antirredadas

Los policías saben que en Lavapiés no suelen ser bien recibidos. Vecinos de este barrio han tratado de impedir en las últimas semanas que detuviesen a un par de inmigrantes a los que les habían echado el guante. Los que han participado en estas movilizaciones ciudadanas contra la autoridad aseguran que fueron gestos espontáneos, no premeditados. Pero varios colectivos se están organizando estos días para declarar el barrio "territorio libre de redadas". El objetivo, como explican miembros de la Asamblea Popular de Lavapiés, es hacer saber a los agentes que siempre que se pasen por aquí a reali...

Los policías saben que en Lavapiés no suelen ser bien recibidos. Vecinos de este barrio han tratado de impedir en las últimas semanas que detuviesen a un par de inmigrantes a los que les habían echado el guante. Los que han participado en estas movilizaciones ciudadanas contra la autoridad aseguran que fueron gestos espontáneos, no premeditados. Pero varios colectivos se están organizando estos días para declarar el barrio "territorio libre de redadas". El objetivo, como explican miembros de la Asamblea Popular de Lavapiés, es hacer saber a los agentes que siempre que se pasen por aquí a realizar identificaciones a extranjeros se encontrarán con grupos de personas que realizarán "acciones de desobediencia civil pacífica". "La próxima vez que vengan a llevarse a algunos vecinos tendrán que llevarnos a todos", es su lema.

El objetivo, dicen, es convertir el barrio en "territorio libre de redadas"

En la plaza de La Corrala, punto céntrico de Lavapiés, se celebró ayer tarde un taller "antirredadas" en el que se explicaba a los asistentes, una treintena sentados en corrillo, cómo actuar en el caso de toparse con unos policías que quieren llevarse detenido a un sin papeles. Una abogada de la ONG SOS Racismo dijo que la policía no puede identificar a alguien tan solo por su aspecto racial (viola el derecho a la intimidad y la libertad) y que, aunque lo haya hecho, no puede llevarse a comisaría a un inmigrante que enseñe la documentación, aunque tenga una orden de expulsión. De hacerlo, según ella, "se trataría de una detención ilegal". La abogada llamó a denunciar estos casos tomando la matrícula del patrulla y haciéndose con el número de placa de los agentes. Ella aconsejaba, a diferencia de lo que promueven en la asamblea, no interferir en la detención para no ser acusado de desobediencia e intromisión. Estos colectivos llevan años denunciando que se producen redadas para atrapar a inmigrantes ilegales, extremo que ha desmentido el Ministerio del Interior una y otra vez.

En el caso de verse involucrados en esto, la abogada daba una máxima a los inmigrantes: "Si eres subsahariano y tienes orden de expulsión no lleves la documentación encima, porque si te detienen vas directo al CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros). Al resto de inmigrantes, aconsejo que siempre lleven el pasaporte". La gente dudaba de si podía grabar a los policías con sus móviles y si era aconsejable ir a protestar a la sede policial. Las respuestas quedaban en el aire: depende de la interpretación de la ley.

En Lavapiés hay distintas sensibilidades sobre el asunto. No todo el mundo está de acuerdo con que los vecinos se entrometan en las labores de la policía. Lo demostró, aunque de una manera un poco brusca, una señora que increpó desde su piso a los reunidos en la plaza: "¿Vosotros sois los abogados de los pobres? El barrio está lleno de delincuentes y la policía hace bien en venir por aquí". Un poco más allá, unos marroquíes jugaban a las cartas ajenos a todo este debate. Un hombre desdentado abrazado a un cartón de vino se acercó a interesarse por lo que se hablaba en el corrillo. Esto es Lavapiés poco antes de que anochezca.