Reportaje:

La fiesta de 2016

El proyecto de la Capital Europea de la Cultura celebra el título con los donostiarras - Izagirre y Elorza se mezclan con la ciudadanía

San Sebastián 2016 no instaló pantallas gigantes el pasado miércoles para que la ciudad pudiera ver en directo el veredicto del jurado que falló la Capital Europea de la Cultura. Tampoco, una vez conocida la decisión hizo ningún tipo de llamamiento para que la ciudadanía saliera a la calle a celebrar el título. Los responsables del proyecto, ya fueran políticos o el equipo técnico encargado de elaborarlo, querían ofrecer una fiesta a su ciudad. Querían celebrarlo con los donostiarras y ayer fue el día.

El alcalde, Juan Carlos Izaguirre, citó a la ciudad a las 19 horas en las inmediacion...

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San Sebastián 2016 no instaló pantallas gigantes el pasado miércoles para que la ciudad pudiera ver en directo el veredicto del jurado que falló la Capital Europea de la Cultura. Tampoco, una vez conocida la decisión hizo ningún tipo de llamamiento para que la ciudadanía saliera a la calle a celebrar el título. Los responsables del proyecto, ya fueran políticos o el equipo técnico encargado de elaborarlo, querían ofrecer una fiesta a su ciudad. Querían celebrarlo con los donostiarras y ayer fue el día.

El alcalde, Juan Carlos Izaguirre, citó a la ciudad a las 19 horas en las inmediaciones del Club Náutico y con txalapartas, dj, pintxos, sidra y cerveza la fiesta arrancó. Vino a ser una demostración de las famosas olas de energía ciudadana, esa participación desinteresada de los donostiarras en el proyecto y que se convirtió en una de las principales valedoras de la candidatura de San Sebastián 2016 durante el periodo de selección y de decisión.

La celebración incluyó la música de las 'txalapartas', pintxos y sidra
La ciudadanía se volcó en el evento, recuperando las olas de energía
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Precisamente, Izagirre, en una rueda de prensa celebrada a mediodía en el Ayuntamiento, incidió en la importancia de la participación y anunció que el futuro del programa pasa por el refuerzo de la misma.

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En el puerto donostiarra abundaban las camisetas negras con el logo de la candidatura y los banderines oficiales, pero, sobre todo, la satisfacción y la emoción. "No me lo podía creer", "no me lo esperaba", eran frases recurrentes, pero también las de aquellos que nunca perdieron la fe en el proyecto, a pesar de los rumores, las habladurías y las apuestas de las candidatas favoritas. "Siempre hemos estado ahí. Es un reconocimiento muy importante", apuntaba Iker Bardaji, de 34 años, con un zurito en la mano. "Espero que sirva para programar otro tipo de actos culturales, para abrir las posibilidades y también, por qué no, para que se fomente el empleo en el sector cultural", añadía.

Muchos sentimientos se mezclaron en el ambiente y además de los consabidos beneficios que el título puede reportar a San Sebastián en cifras de turismo, visibilidad y proyección internacional el espíritu final del proyecto se impuso, esa convivencia y paz forjada a través de la cultura y la educación. "Esto nos va a unir, tiene que hacerlo, falta nos hace", afirmaba con ilusión Paquita, de 72 años, incidiendo en la idea de que ante todo, San Sebastián 2016 ha conseguido convertirse en el proyecto de todos los donostiarras, sin distinción de ideologías o siglas políticas.

Y entre parejas con niños, ancianos, inmigrantes y gente joven, se mezclaron los responsables de la candidatura. Izagirre paseó por el puerto y el exalcalde Odón Elorza, hizo lo propio. Todo eran "zorionak" en un día marcado por las críticas del resto de ciudades candidatas (Burgos, Córdoba, Las Palmas, Segovia y Zaragoza) a la decisión del jurado.

El exalcalde Odón Elorza aparece rodeado, ayer, de niñas durante la celebración de San Sebastián 2016.

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