Reportaje:

400 kilos de solidaridad

El popular cocinero David De Jorge asa en Bilbao el filete ruso más grande del mundo - Los 4.000 euros recaudados irán a Cáritas

Las vacas podrán ir hoy, por fin, tranquilas a misa. Lo advertía ayer David De Jorge, el popular Robin Food de la televisión vasca, tras completar con éxito en Bilbao, dónde si no, el reto de cocinar el filete ruso más grande del mundo. "En las últimas semanas solo han salido a pastar por la noche, cuando yo me acostaba, para que no me las cruzara y evitar que las hiciera picadillo", explicaba, en tono irónico, una vez asados los 400 kilos de carne con label vasco que fueron necesarios para conseguir el récord.

El peculiar cocinero aprovechó la soleada mañana para darse un baño ...

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Las vacas podrán ir hoy, por fin, tranquilas a misa. Lo advertía ayer David De Jorge, el popular Robin Food de la televisión vasca, tras completar con éxito en Bilbao, dónde si no, el reto de cocinar el filete ruso más grande del mundo. "En las últimas semanas solo han salido a pastar por la noche, cuando yo me acostaba, para que no me las cruzara y evitar que las hiciera picadillo", explicaba, en tono irónico, una vez asados los 400 kilos de carne con label vasco que fueron necesarios para conseguir el récord.

El peculiar cocinero aprovechó la soleada mañana para darse un baño de masas ayer en El Arenal, donde cientos de personas se reunieron para comprobar que la estrella de la pequeña pantalla es más de carne que de hueso. Ni el propio protagonista daba crédito. "Esto es increíble. Cuando me ofrecieron el programa en ETB pensé que iba a durar 15 días y ahora mira", admitió. Su popularidad sirvió de gancho para dar salida a las más de 4.000 raciones de carne picada que, puestas a la venta, permitieron recaudar otros tantos euros para Cáritas, que los destinará a fines sociales.

El récord exigió una parrilla especial y hasta una grúa para darle la vuelta
Tostada por fuera y jugosa por dentro, la carne hizo las delicias del público

El espectáculo estaba garantizado y el público no dudó en arremolinarse para satisfacer su curiosidad. Pocos imaginaban de antemano el equipo técnico y humano que hacía falta para cocinar un filete ruso de 15 metros cuadrados, nada más y nada menos. Como el salón de una casa. Hasta una grúa hubo que desplazar para voltear la parrilla de 600 kilos que se montó para la ocasión. Decenas de voluntarios, por su parte, se afanaron en modelar una masa de carne que, ya condimentada, llegó en camión frigorífico desde el matadero.

Al grito de "Viva Rusia", que el cocinero ha consagrado como memoria de lo que en su Hondarribia natal se coreaba cuando el franquismo castigaba decir Gora Euskadi, la parrilla se colocó sobre las brasas pasado el mediodía. 20 minutos de asado por cada lado y listo. Poco después de la una, el récord estaba ya en el bolsillo y el filete ruso dispuesto para ser degustado. Llegaba el momento de la verdad para De Jorge, que superó la prueba de fuego. Tostada por fuera y jugosa por dentro, la carne hizo las delicias de unos estómagos que comenzaban ya a flaquear.

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La demanda de "filetazo", como el propio De Jorge bautizó el resultado de su mediático reto culinario, fue tal que la cola para conseguir una ración se prolongó durante horas. La satisfacción fue generalizada. También para el cocinero, que achacó el buen sabor a la calidad de la carne y a su equilibrada mezcla, con "un 30% de grasa del propio animal y un 70% de magro".

Tras más de 350 emisiones en antena y su primer compromiso solidario, Robin Food tiene ya el próximo en mente. No lo ha concretado aún, pero baraja una pista. "Igual un viaje a Rusia o algo así". Cómo no.

De Jorge, a la derecha, posa junto al experto en retos gastronómicos Carlos Ibarrondo, ayer en Bilbao.LUIS ALBERTO GARCÍA

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