El misterio del cantautor
El próximo miércoles, Manel que se estrenaron en 2008 con su primer disco Els millors professors europeus (Los mejores profesores europeos) -y el primer grupo catalán que ha conseguido un número uno en España desde que hay memoria- estará llenando por segunda noche el teatro Lara. Pero hay otra opción tanto o más atractiva en el mismo barrio, a unas pocas calles de distancia. En la sala Nasti estará actuando Cass McCombs.
McCombs es un treintañero de existencia errante, que asegura no vivir en ningún sitio, (en alguna ocasión ha afirmado que quiere que la inscripción de su lápida...
El próximo miércoles, Manel que se estrenaron en 2008 con su primer disco Els millors professors europeus (Los mejores profesores europeos) -y el primer grupo catalán que ha conseguido un número uno en España desde que hay memoria- estará llenando por segunda noche el teatro Lara. Pero hay otra opción tanto o más atractiva en el mismo barrio, a unas pocas calles de distancia. En la sala Nasti estará actuando Cass McCombs.
McCombs es un treintañero de existencia errante, que asegura no vivir en ningún sitio, (en alguna ocasión ha afirmado que quiere que la inscripción de su lápida funeraria diga: "por fin en casa") y mantiene un aura misteriosa, sin dar apenas entrevistas. Al parecer siente una educada aversión a la prensa.
Pero, de momento, ha grabado cinco discos. Los dos últimos en el prestigioso sello británico Domino, con buena distribución y más que aceptables ventas. Su nuevo disco Wit?s end, se publicó el mes pasado, y es tan espléndido como su predecesor Catacombs. La música de McCombs, como la de tantos otros autores que han salido en los últimos años de Estados Unidos, es tan folk y country como pop, pero en su caso es más triste aún, más sincera, y por eso, más hermosa.