Reportaje:Elecciones municipales

"Es hora de repensar el urbanismo"

Alcaldes de los tres partidos exigen otro modelo de financiación local y de desarrollo urbano - Los regidores de Ames, Lalín y Teo abogan por unificar tasas

Dejan las siglas a las puertas del debate para analizar la legislatura que espera a los ayuntamientos, en medio de una crisis económica que agudizará su miseria financiera. Carlos Fernández, presidente de la Federación Galega de Municipios e Provincias y regidor de Ames, socialista; su antecesor, del PP, Xosé Crespo, que gobierna en Lalín, y Martiño Noriega, valor en alza del Bloque y alcalde de Teo, recitan de memoria algunos datos: el 18,5% de los fondos que recibe "la administración más pobre", "el 30% de competencias impropias" que prestan los municipios y que Galicia, junto a Extremadura,...

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Dejan las siglas a las puertas del debate para analizar la legislatura que espera a los ayuntamientos, en medio de una crisis económica que agudizará su miseria financiera. Carlos Fernández, presidente de la Federación Galega de Municipios e Provincias y regidor de Ames, socialista; su antecesor, del PP, Xosé Crespo, que gobierna en Lalín, y Martiño Noriega, valor en alza del Bloque y alcalde de Teo, recitan de memoria algunos datos: el 18,5% de los fondos que recibe "la administración más pobre", "el 30% de competencias impropias" que prestan los municipios y que Galicia, junto a Extremadura, es la autonomía con las tasas municipales más baratas.

En el último día de precampaña, la conversación en tono constructivo fluye hacia el acuerdo: todos ansían un mayor trozo de la tarta para los ayuntamientos en el futuro modelo de financiación y, pese a que lo vean aún lejano, los regidores descartan dejar de prestar servicios por más que algunos no estén dentro de sus competencias. "Hay que aspirar a mantener lo que tenemos". "Ni un paso atrás". "Es impensable", zanjan la pregunta uno tras otro los alcaldes de PP, BNG y PSOE.

"La crisis nos obligará a hacer lo que no quisimos: mancomunarnos"
Los tres regidores descartan suprimir servicios: "Ni un paso atrás"
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Conscientes de que lo peor está por venir y de que las liquidaciones de 2009 y 2010 serán negativas y de que las diputaciones y ayuntamientos, igual que la Xunta, deberán devolver fondos al Estado, están persuadidos de que los próximos cuatro años pasan por mancomunar servicios públicos entre municipios limítrofes para ahorrar costes. "La crisis nos obligará a hacer lo que no quisimos hasta ahora", vienen a decir. Aluden a la recogida de basuras, el abastecimiento de agua, el transporte público o incluso las brigadas de vías y obras. Surge entonces la pregunta de si veremos fusiones de ayuntamientos en la próxima legislatura, pero todos lo descartan a corto plazo, por más necesarias que las consideren tanto Crespo como Noriega. Sí comparten, los tres, la necesidad de crear consorcios que abaraten la prestación de algunos servicios. Si se profundiza en ese campo y se aprovechan las sinergias, "la fusión sería sólo un último trámite", pronostica Crespo, siempre favorable a racionalizar el número de ayuntamientos.

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Noriega pone el acento sobre las diputaciones y su utilidad tal y como están concebidas: "Es vital el debate sobre su supresión, que es lo que defiende el Bloque, porque solo así lograrán reformularse". Cita la experiencia de la de Barcelona, cuyo funcionamiento avalan allí los alcaldes de todos los partidos. Desde el PP, Crespo, vicepresidente de la de Pontevedra, sale al corte: "Son imprescindibles para pequeños ayuntamientos incapaces de prestar servicios".

Desde el PSOE, Fernández se contentaría con que, si no se eliminan, al menos sí modificasen algunas de sus prácticas. Sin señalar a ninguna -"como presidente soy amigo de las cuatro"- apunta que "no puede ser que el gasto en personal llegue al 25% del presupuesto, que se pierdan en burocracia porque ese dinero no llega a los ayuntamientos". Ese punto de disensión introduce el debate sobre el presente y futuro del urbanismo.

Sobre la pregunta de si el enfriamiento de la actividad inmobiliaria puede servir para poner orden en algunos suelos, se abalanza el alcalde de Lalín. "No es que se haya enfriado: directamente, no hay ninguna". Sus homólogos de Teo y Ames, especialmente afectados por la explosión urbanística de estas dos poblaciones en la última década, asienten con la cabeza.

¿Servirán el parón, las imputaciones de algunos cargos públicos, la anulación de licencias por los tribunales y las grúas abandonadas para corregir errores? Los tres alcaldes calcan sus respuestas, sostienen que es tiempo de planificar un nuevo modelo urbanístico. "Un municipio mal planificado es pan para hoy y hambre para mañana, una hipoteca a largo plazo. Ingresas algo por las licencias pero el coste de dotar de servicios es mucho más alto", sostiene Noriega, que ha tenido que bregar contra el caos heredado del ladrillo desde que llegó al poder hace ahora cuatro años. "El parón viene bien para plantearnos otro urbanismo porque la presión inmobiliaria hoy no existe". Demanda en cualquier caso instrucciones más claras de la Xunta, sea esta del color que sea. "No puede ser que un plan general tarde 11 años en redactarse", relata en primera persona su experiencia en Teo.

Fernández, que también ha convivido con la multiplicación de edificios en Ames, amaga con entonar un matizado mea culpa. "Todos pensamos que esto no se iba a acabar nunca, el urbanismo era la locomotora de la economía. Ahora hay que hacer un esfuerzo grande para que haya un tiempo de reflexión y un planeamiento más extendido, los municipios son minoría". Crespo abunda en la idea de que "el momento es propicio para planificar sin tensiones y tener una visión más pausada. Desde la llegada de la democracia, el urbanismo ha sido una asignatura pendiente para la Xunta, para los alcaldes y para los ciudadanos". Pese a ello, el regidor popular señala las distancias que separan a Galicia de otras zonas de España donde la corrupción ha campado a sus anchas. No alude a ninguna comunidad, pero señala: "Esto no tiene nada que ver con lo de allí abajo".

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