Un Casio barato, signo de Al Qaeda

El kuwaití Abdalá Saleh Ali, el libio Ismael Ali Bakush, el tunecino Abel Mabruk Bin, el argelino Ghalaab Bashir... Estos hombres y medio centenar más tienen dos cosas en común: todos han pasado por el presidio de Guantánamo y todos llevaban en el momento de la detención un reloj Casio que los convertía en sospechosos. El más habitual era el modelo F91W, pero también era frecuente otra versión de este reloj barato y fácil de encontrar en cualquier parte del mundo, el A159W. "Es la marca de Al Qaeda, que usa el reloj para fabricar bombas", según el testimonio de varios reclusos recogido en las ...

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El kuwaití Abdalá Saleh Ali, el libio Ismael Ali Bakush, el tunecino Abel Mabruk Bin, el argelino Ghalaab Bashir... Estos hombres y medio centenar más tienen dos cosas en común: todos han pasado por el presidio de Guantánamo y todos llevaban en el momento de la detención un reloj Casio que los convertía en sospechosos. El más habitual era el modelo F91W, pero también era frecuente otra versión de este reloj barato y fácil de encontrar en cualquier parte del mundo, el A159W. "Es la marca de Al Qaeda, que usa el reloj para fabricar bombas", según el testimonio de varios reclusos recogido en las fichas secretas del Departamento de Defensa.

"La posesión del F91W y de la versión plateada del A159W corrobora los informes que le identifican como un experto en explosivos", señala la ficha de Ismael Ali Bakush. Los estadounidenses señalan que Al Qaeda entregaba estos relojes a los asistentes a los cursos de entrenamiento en Afganistán para fabricar bombas. Y añaden que aproximadamente uno de cada tres detenidos que fueron capturados con los Casio tenían alguna relación con los explosivos, ya fuera por haber fabricado bombas, por haber asistido a cursos de entrenamiento o por tener relación con alguien "identificado como un experto en explosivos".

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También llevaba un Casio Abdalá Saleh Ali, un A159W negro. "Este modelo se ha usado en ataques con bomba relacionados con Al Qaeda", señala la ficha de octubre de 2004, que describe a Saleh Ali como un muyahidín "confeso". Pese a que la autoridad recomienda trasladar al recluso a otro país donde siga detenido, el kuwaití salió rumbo a su país en 2005. Murió en Irak en 2008, en un atentado suicida.

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