Los últimos metros del metro

La última de las seis nuevas estaciones que el Gobierno de Esperanza Aguirre ha construido en esta legislatura abrió ayer en el barrio de Mirasierra. La prolongación de 1,5 kilómetros de la línea 9 fue también la última inauguración antes del obligado parón de un mes previo a la campaña electoral, que comenzará el 6 de mayo.

Ocasión que aprovecharon tanto la presidenta regional como el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, para alardear de los tramos de metro que se han construido en los cuatro mandatos que juntos acumulan en la presidencia de la Comunidad de Madrid.

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La última de las seis nuevas estaciones que el Gobierno de Esperanza Aguirre ha construido en esta legislatura abrió ayer en el barrio de Mirasierra. La prolongación de 1,5 kilómetros de la línea 9 fue también la última inauguración antes del obligado parón de un mes previo a la campaña electoral, que comenzará el 6 de mayo.

Ocasión que aprovecharon tanto la presidenta regional como el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, para alardear de los tramos de metro que se han construido en los cuatro mandatos que juntos acumulan en la presidencia de la Comunidad de Madrid.

"Superamos los 200 kilómetros de metro en 16 años", comenzó el alcalde, que convirtió el discurso inaugural en un mitin político, al comparar esos datos con los 14 kilómetros que amplió el Partido Socialista de Madrid en los 12 años en los que gobernó. "El Partido Socialista construyó 1,4 kilómetros por año; tú y yo [dirigiéndose a Aguirre] los hemos multiplicado por 12 y hemos hecho más de 12,5 kilómetros por año", afirmó.

El suburbano llega a Mirasierra tras prolongar 1,5 kilómetros la línea 9

Después, Aguirre recogió el guante y volvió a decir lo mismo, pero de otra manera. "Con esta estación, son ya 324 las que tiene el metro y 323 los kilómetros", aseguró la presidenta. "Cuando Alberto Ruiz-Gallardón llegó [en 1995], había solo 120 kilómetros". Luego recordó que ambos suman 16 años de presidencias del PP. "Algunos dicen que son muchos, según para qué", ironizó. "Creo que para el metro los gobiernos del PP han sido extraordinariamente fructíferos".

Los dos candidatos populares presumieron así de la ampliación de metro, pese a que el grueso de las nuevas estaciones se hicieron antes de 2007. Hasta el punto de que el segundo mandato de Aguirre ha sido el de menor crecimiento del suburbano de las cuatro legislaturas del PP: apenas 9,3 kilómetros y seis estaciones. Solo en su mandato anterior, Aguirre financió la ampliación de 90 kilómetros, con 80 nuevas estaciones. Antes, Gallardón había iniciado el periodo de crecimiento de la red con 100 kilómetros en ocho años.

Tan consciente era Aguirre de que allí donde llegaba el metro quedaba garantizado el apoyo electoral de los vecinos, que superó los 60 kilómetros que había prometido en la campaña de 2003. Claro que una buena parte era realmente tranvía, pues en todo el metro norte y en las líneas a Boadilla y Pozuelo, los trenes discurren en superficie y su velocidad es menor que la del suburbano convencional. Además, estas líneas tienen un suplemento en el precio para pagar a las concesionarias.

Pero entonces no había crisis económica y las constructoras estaban dispuestas a sufragar tramos y tramos de nuevas líneas a cambio de la concesión de su mantenimiento. Pronto llegó la hora de apretarse el cinturón y los proyectos de ampliación del metro fueron los primeros sacrificados. De las promesas electorales de Aguirre para esta legislatura se fueron cayendo sucesivamente las líneas a Majadahonda, a Las Rozas, a Torrejón de Ardoz, al hospital de Valdemoro y a El Casar-Getafe.

Para el futuro, el PP todavía no ha presentado sus promesas electorales, pero Aguirre avanzó ayer que el metro está entre las infraestructuras que le gustaría hacer. "En el momento en que la recuperación económica sea una realidad, vamos a seguir haciendo las obras de metro que los ciudadanos demandan", aseguró la presidenta.

Entre ellas estaba la estación inaugurada ayer, que está equipada con ascensores, escaleras mecánicas y pavimentos táctiles para que las personas discapacitadas puedan utilizarla. Esta línea ha supuesto una inversión de 110 millones de euros. Los costes se dispararon al tener que cambiar el trazado por las protestas de los vecinos. Un grupo de padres abordó en diciembre de 2008 a Aguirre porque la construcción de la estación preveía demoler parte del instituto de sus hijos y la convencieron para cambiar el proyecto. Eso supuso un desembolso de 50 millones de euros más.

En un futuro, la línea se completará con una nueva estación, que unirá el suburbano al cercanías, ubicada en la calle de Costa Brava. Aguirre recordó que tiene previsto firmar un acuerdo con el Ministerio de Fomento para que se construya esa estación de cercanías, con parada de las líneas C-7, C-8 y C-10. Pero eso será ya otra legislatura.