"El talento no tiene nada que ver con el género"

Arni Hole, directora general del Ministerio de Igualdad, Integración e Infancia de Noruega, cree que España tiene mucho que avanzar en temas de igualdad. "La situación de desequilibrio en el mundo empresarial de la mujer es terrible", dice por teléfono desde Oslo. En un país como Noruega, donde la ley obliga a las empresas a tener un mínimo del 40% de mujeres en los consejos de administración, Hole asegura que sin políticas de corresponsabilidad familiar y apoyo, las cuotas no habrían tenido tan buenos resultados.

Pregunta. ¿Por qué impuso Noruega el sistema de cuotas?

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Arni Hole, directora general del Ministerio de Igualdad, Integración e Infancia de Noruega, cree que España tiene mucho que avanzar en temas de igualdad. "La situación de desequilibrio en el mundo empresarial de la mujer es terrible", dice por teléfono desde Oslo. En un país como Noruega, donde la ley obliga a las empresas a tener un mínimo del 40% de mujeres en los consejos de administración, Hole asegura que sin políticas de corresponsabilidad familiar y apoyo, las cuotas no habrían tenido tan buenos resultados.

Pregunta. ¿Por qué impuso Noruega el sistema de cuotas?

Respuesta. En 2002 solo un 7% de mujeres ocupaban cargos en los consejos de administración de las compañías públicas. Y la situación no había cambiado en los últimos 10 años. Mientras, las mujeres representaban el 60% de los graduados universitarios y el porcentaje de ocupación femenina rondaba el 80%. Noruega, como el país con más igualdad del mundo, sintió que tenía que hacer algo.

P. ¿El resultado ha sido satisfactorio?

R. Mucho. Se reguló la paridad en cuatro tipos de empresas, y ahora mismo en ellas las mujeres ocupan el 43% de los puestos en los consejos de administración. Avanzar hacia la igualdad de género es una decisión política, pero también económica. Ninguna nación puede permitirse no usar todo el talento disponible ni en el sector público ni en el privado. Porque el talento no tiene que ver con el género. Hay que usar toda la inversión empleada en educar a mujeres y hombres.

P. ¿Un país avanzado como Noruega tiene techo de cristal?

R. Es complicado. En el sistema empresarial noruego el mecanismo de elección de los consejeros se basaba en un sistema de listas que nada tenía que ver con la igualdad. Se proponía siempre los mismos nombres: hombres de mediana edad que ya habían sido elegidos antes. El círculo era muy cerrado. No tiene nada que ver con la discriminación hacia las mujeres aunque, objetivamente, por supuesto que lo es. Las empresas no miraban a otros sitios para encontrar candidatos que encajaran y eso cambió con la ley.

P. Fue muy discutida.

R. Sí, se llegó a decir que no habría mujeres suficientes para ocupar los puestos directivos, pero se aprobó y ya nadie la cuestiona. Se ha demostrado muy positiva para las empresas, que han encontrado grandes talentos. Ahora estamos discutiendo si ampliarla para incluir a las 160.000 empresas privadas que han quedado fuera (en su mayoría pymes), y en las que hay un 22% de mujeres consejeras. A veces tienes que forzar acciones para hacer que las cosas ocurran en la sociedad.