Análisis:ANÁLISIS

Estrategia improvisada

Esta nueva decisión de la cúpula socialista, pergeñada el lunes en los maitines de La Moncloa delante del propio Zapatero, ha desconcertado a muchos, también dentro del PSOE. Porque parece improvisada. El recinto de Vistalegre se reservó hace seis meses, como se tiene que hacer con este tipo de instalaciones tan requeridas en previsión de cualquier campaña: cuesta unos 25.000 euros. Pero resulta que ahora no convenía. No procedía. Convocar en Madrid, en esa emblemática plaza, a todos los dirigentes autonómicos y municipales, y ante 25.000 militantes, era darle un regalazo al PP, que en este ca...

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Esta nueva decisión de la cúpula socialista, pergeñada el lunes en los maitines de La Moncloa delante del propio Zapatero, ha desconcertado a muchos, también dentro del PSOE. Porque parece improvisada. El recinto de Vistalegre se reservó hace seis meses, como se tiene que hacer con este tipo de instalaciones tan requeridas en previsión de cualquier campaña: cuesta unos 25.000 euros. Pero resulta que ahora no convenía. No procedía. Convocar en Madrid, en esa emblemática plaza, a todos los dirigentes autonómicos y municipales, y ante 25.000 militantes, era darle un regalazo al PP, que en este caso sí se sabe hace tiempo que volcará su campaña del 22-M en una especie de primarias de las generales. Con Rajoy viajando por todos lados con Zapatero como único sparring.

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Reorientar la campaña socialista sobre los aspectos de gestión más locales, subrayando los méritos de los alcaldes y presidentes autonómicos en ejercicio, y arrancar esa estrategia con un superacto en el que su protagonista principal era sin embargo un presidente del Gobierno de España en horas muy bajas, no tenía mucho sentido ni lógica. Podía parecer contraproducente. Era aceptar, ante los barones que tanto lo demandaban, que sí, que el PSOE presumía de sus logros. Pero ese mensaje lo iba a lanzar primero Zapatero, en Madrid, y sin aclarar aún si lo hacía como presidente saliente, entrante, reincidente o circunstancial. Vale. Pero la corrección ha llegado un poco tarde.

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