La oposición a Obiang clama por el "egoísmo" de España en Guinea

El escritor Juan Tomás Ávila, en huelga de hambre, tilda a Bono de "cómplice de la maldad asesina"

La visita del presidente del Congreso, José Bono, junto con una delegación de la Cámara a Guinea Ecuatorial y su entrevista con el dictador de ese país, Teodoro Obiang, supone "una decepción profunda" por la "pobreza de la agenda" de los políticos españoles desplazados a Malabo y su "egoísmo" empresarial. Así lo manifestó ayer Plácido Micó, el líder y único diputado de la opositora Convergencia para la Democracia Social (CPDS) en el Parlamento ecuatoguineano. Durante ...

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La visita del presidente del Congreso, José Bono, junto con una delegación de la Cámara a Guinea Ecuatorial y su entrevista con el dictador de ese país, Teodoro Obiang, supone "una decepción profunda" por la "pobreza de la agenda" de los políticos españoles desplazados a Malabo y su "egoísmo" empresarial. Así lo manifestó ayer Plácido Micó, el líder y único diputado de la opositora Convergencia para la Democracia Social (CPDS) en el Parlamento ecuatoguineano. Durante su encuentro del pasado jueves, Bono dijo al presidente Obiang: "Es muchísimo más lo que nos une que lo que nos separa".

Micó reprochó a la delegación española el tono eminentemente empresarial que tuvo la visita de la delegación encabezada por Bono y de la que también formaron parte Josep Antoni Duran (CiU), Gustavo de Arístegui (PP) y el socialista Álex Saiz y en la que, según el líder opositor ecuatoguineano, se dejaron de lado temas como la falta de libertad y democracia, la radicalización del régimen de Obiang y la injusticia en la explotación de los recursos naturales, especialmente el petróleo, cuyos beneficios, en un 90% "van a parar a los bolsillos de Obiang y su familia", según Micó.

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El objetivo expreso del viaje era facilitar la entrada de empresas españolas en el negocio del petróleo en la antigua colonia, del que han sido sistemáticamente excluidas. Micó calificó de "egoísta" esa finalidad y aseguró que refleja la misma política hacia Malabo puesta en marcha por el Gobierno de José María Aznar, "que dio la espalda a la oposición y dejó de informar sobre las vulneraciones de derechos humanos solo para agradar a Obiang y que este facilitara la presencia empresarial española en Guinea".

"El ministro socialista Miguel Ángel Moratinos también siguió esa política, pero ¿qué ha cosechado España con todo esto?", se preguntó el líder opositor, que recordó que el régimen guineano solo predica "odio" hacia Madrid, al que acusa de intentar "colonizar de nuevo" el país "para quedarse con sus riquezas".

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Micó dio su apoyo expreso al escritor Juan Tomás Ávila, en huelga de hambre desde la visita de Bono, al que entregó una carta en la que reclamaba la salida de Obiang y la constitución de un Gobierno de transición.

Desde el lugar en que se oculta en Malabo, en su segundo día de protesta, Ávila explicó ayer a este periódico por qué la visita de la delegación española fue el detonante de su ayuno. "El Gobierno de Guinea es criminal", afirmó el escritor. "Si el presidente del Parlamento español, cuyos miembros no son criminales, se reúne con Obiang, está claro que está defendiendo su régimen, por lo que se convierte en cómplice de la maldad asesina", añadió.

Ávila, que asegura que por el momento no ha recibido ninguna represalia de su Gobierno, reclamó refuerzos para su protesta. "Un solo hombre en huelga de hambre, con su debilidad, puede hacer muy poco", afirmó. "La pelota está ahora en la sociedad guineana, pero sobre todo en la española. Que los ciudadanos de ambos países empujen en la dirección correcta", clamó.

Obiang, tercero por la izquierda, con la delegación parlamentaria española encabezada por Bono.EFE

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