Crítica:

Fascinante hueso

Las películas con hueso hay que atacarlas desde la convicción, el ánimo, la paciencia y el rigor. Requieren un esfuerzo del espectador que, inducido por determinados alicientes, puede decidir no tirar la toalla a pesar de la cuesta arriba. Winter's bone, segundo largo de la inédita en nuestro país Debra Kranik, es una película con hueso. La información otorgada sobre trama y personajes es mínima. Apenas hay banda sonora de apoyo. Los diálogos que envuelven su intriga criminal casi parecen un jeroglífico. Se acumulan las preguntas sin respuesta. Quizá porque, más que el thriller e...

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Las películas con hueso hay que atacarlas desde la convicción, el ánimo, la paciencia y el rigor. Requieren un esfuerzo del espectador que, inducido por determinados alicientes, puede decidir no tirar la toalla a pesar de la cuesta arriba. Winter's bone, segundo largo de la inédita en nuestro país Debra Kranik, es una película con hueso. La información otorgada sobre trama y personajes es mínima. Apenas hay banda sonora de apoyo. Los diálogos que envuelven su intriga criminal casi parecen un jeroglífico. Se acumulan las preguntas sin respuesta. Quizá porque, más que el thriller en sí mismo, lo que le interesa a Kranik son sus personajes y el retrato de un microcosmos rural. Sin embargo, a pesar de las dificultades, sus alicientes iniciales (credibilidad en los ambientes, hermosa fotografía y una heroína adolescente de fuerza, y belleza, arrolladoras) ejercen de señuelo para el esfuerzo. Y al final llega el premio. Winter's bone es dura de roer, pero fascinante.

WINTER'S BONE

Dirección: Debra Granik.

Intérpretes: Jennifer Lawrence,

John Hawkes, Garret Dillahunt, Lauren Sweetser.

Género: drama. EE UU, 2010.

Duración: 100 minutos.

A la directora le interesan sus personajes y el retrato rural
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Desde la gallina que cloquea en una esquina del encuadre hasta los inquietantes secundarios, desde el maravilloso tema country que canta una gorda alejada de la estética al uso hasta el posapocalíptico universo en el que se desenvuelven, todo huele a verosímil depresión (económica, moral), fotografiada con un estilo cercano a ciertas obras del nuevo Hollywood de los setenta (El espantapájaros, El último deber). Como una Caperucita acosada por los lobos, la chica sufre la figura del padre ausente, mientras la parquedad de los diálogos no está enfrentada con la calidad: "Siempre me has dado miedo", al que se responde con "Eso es porque eres lista".

Cada temporada se cuela entre las películas candidatas a los Oscar una de corte independiente, más barata y menos ambiciosa que sus contrincantes. En los últimos años las ha habido simpáticas (Pequeña Miss Sunshine, Juno), aparatosas (Precious), sentimentaloides (Crash), enjundiosas (Entre copas) y vacías (Slumdog millionare). Un par de ellas, triste recuerdo, incluso llegaron a ganar el gran premio.

Winter's bone, candidata a mejor guión adaptado, actriz, actor secundario y película, y ganadora en Sundance, no se llevará ni uno. Hay mejores largometrajes, sí, pero otros cursos también los había. Simplemente no es una historia para mayorías, tiene hueso.

Jennifer Lawrence, en Winter's bone.
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