Las Bettencourt firman la paz

El fotógrafo Banier renuncia a parte de los regalos que recibió de la millonaria

La millonaria de 88 años y heredera del imperio L'Oréal, Liliane Bettencourt, con 17.000 millones de euros, se ha reconciliado con su hija única, Françoise Meyers-Bettencourt, de 57 años. Por medio de un comunicado conjunto difundido ayer afirman que ponen fin a las denuncias y contradenuncias que las enfrentan en los tribunales. Así, se da por terminada una parte del intrincado y tentacular culebrón mediático-familiar que ha hipnotizado a los franceses durante tres años y que, en sus ramificaciones políticas, ha acabado salpicando al propio Nicolas Sarkozy y causando la caída en desgracia del...

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La millonaria de 88 años y heredera del imperio L'Oréal, Liliane Bettencourt, con 17.000 millones de euros, se ha reconciliado con su hija única, Françoise Meyers-Bettencourt, de 57 años. Por medio de un comunicado conjunto difundido ayer afirman que ponen fin a las denuncias y contradenuncias que las enfrentan en los tribunales. Así, se da por terminada una parte del intrincado y tentacular culebrón mediático-familiar que ha hipnotizado a los franceses durante tres años y que, en sus ramificaciones políticas, ha acabado salpicando al propio Nicolas Sarkozy y causando la caída en desgracia del ex ministro de Trabajo, Eric Woerth.

Todo empezó cuando la hija denunció a un amigo de la madre, François-Marie Banier, fotógrafo, artista y dandi, experto en fascinar ancianas, por "abuso de debilidad", por aprovecharse del fortunón de la anciana y hacerse con 1.000 millones de euros en regalos, seguros de vida, islas privadas y obras de arte, entre otras cosas.

El proceso contra el ex ministro de trabajo francés sigue su curso
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El abogado de la hija, Olivier Metzner, aseguró que el fotógrafo (así como el hasta ahora gestor de la fortuna de la millonaria, Patrice de Maistre) "ya no forman parte de la vida de Liliane Bettencourt". Así, la hija ha retirado la denuncia que pesa sobre Banier.

No se sabe cuáles son los términos y las condiciones "confidenciales" para que él desaparezca, pero Metzner precisó: "Él ha tenido que renunciar a algunas cosas". A cambio, la madre retira la denuncia que había interpuesto contra Françoise por "hostigamiento" y la hija hace lo mismo con los requerimientos judiciales encaminados a demostrar que su madre era incapaz de gestionar su fortuna. "Han decidido poner fin a los procesos que han perturbado su vida familiar", dice secamente el comunicado conjunto que confirma que madre e hija, vecinas en dos palacetes contiguos de la selecta localidad de Neuilly, en las afueras de París, vuelven a hablarse.

En el acuerdo de paz, también se especifica que el marido de Françoise, Jean-Pierre Meyers, pasa a ser director general de Théthys, la sociedad que gestiona la fortuna de la millonaria, y que los nietos pasan a formar parte del Consejo de Administración.

El comunicado sella, pues, la parte puramente familiar del culebrón. Queda la política, que sigue su curso judicial: en julio, unas comprometedoras grabaciones llevadas a cabo por el mayordomo de Liliane Bettencourt acusaban al ex ministro de Trabajo, Eric Woerth, de haberle dado un trato de favor fiscal a la millonaria. Días después, el ex contable de la heredera de L'Oréal denunciaba a Woerth por recibir 150.000 euros procedentes de la fortuna para la financiación de la campaña electoral de Nicolas Sarkozy de 2007.

Liliane Bettencourt es la mujer más rica de Francia, heredera del imperio L'Oréal, con una fortuna de 17.000 millones de euros. A raíz del escándalo se ha descubierto que escondía dos cuentas opacas en Suiza que, según promete, va a recolocar en Francia. Con 87 años, sorda y aislada, no se habla con su única hija, Françoise, a causa de la denuncia que ésta interpuso contra su amigo, el fotógrafo François-Marie Banier. La millonaria apareció el viernes en televisión: aparentemente lúcida a pesar de la sordera, se fue por la tangente a la hora de responder sobre su presunto delito de evasión fiscal. A la pregunta de si entendía que la opinión pública se extrañara alarmara cuando se enteró de que había hecho regalos a un amigo por más de 1.000 millones de euros, respondió, algo despectiva: "Sí, lo entiendo; ¿Y qué pasa?"EPA

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