Reportaje:

Lucha abierta por dirigir Metro Bilbao

Socialistas y PNV se enfrentan desde hace un año por el control de una entidad que gestiona 220 millones al año - El PSE centra sus críticas en el diputado general

¿Qué pasa en el metro de Bilbao? La respuesta, tras un año de abierto enfrentamiento entre la Diputación de Vizcaya y el Gobierno, parece clara: una lucha por el poder que cada parte interpreta de manera diferente. "Es un tema de gestionar tanto la mayoría como las minorías con humildad", apunta el alcalde de Etxebarri, el independiente Pedro Lobato, el único consejero del Consorcio de Transportes de Vizcaya no adscrito a alguna de las dos partes, ya que forma parte de una plataforma vecinal. Lobato reconoce que en sus 19 años en la entidad nunca había visto "esta falta de entendimiento y cris...

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¿Qué pasa en el metro de Bilbao? La respuesta, tras un año de abierto enfrentamiento entre la Diputación de Vizcaya y el Gobierno, parece clara: una lucha por el poder que cada parte interpreta de manera diferente. "Es un tema de gestionar tanto la mayoría como las minorías con humildad", apunta el alcalde de Etxebarri, el independiente Pedro Lobato, el único consejero del Consorcio de Transportes de Vizcaya no adscrito a alguna de las dos partes, ya que forma parte de una plataforma vecinal. Lobato reconoce que en sus 19 años en la entidad nunca había visto "esta falta de entendimiento y crispación", inéditas en la hsitoria de la entidad.

Detrás de toda la polémica existen varias claves. Lo que está en juego es el control del Consorcio de Transportes, un atractivo caramelo para cualquier político, ya que maneja un presupuesto anual de 220 millones, se encarga principalmente de diseñar la ampliación del metro y controla toda la política del transporte en Vizcaya. Y porque en el fondo se encuentra el suburbano, el medio de transporte público más utilizado en Euskadi -casi 90 millones de viajeros anuales, la mitad de todos los que utilizan los medios de locomoción públicos en Eukadi- y el mejor valorado por los ciudadanos.

El Consorcio de Transportes no ha vivido tal crispación en toda su historia

En sus 34 años de historia, el PNV había presidido el consorcio, salvo los cuatro años iniciales, hasta que se celebraron las elecciones municipales de 1979. El presidente era el diputado general vizcaíno y el PNV controlaba la mayoría en los órganos de gobierno. Las elecciones autonómicas de 2009, con el acceso del PSE al Gobierno vasco por vez primera, cambiaron el panorama por completo y los socialistas se encontraron con la posición dominante: 17 de los 26 consejeros del consorcio y 8 de los 15 miembros del Consejo de Administración de Metro Bilbao.

Un pacto político cerrado en el verano de 2009 entre el líder provincial del PSE, José Antonio Pastor, y el diputado general, José Luis Bilbao, del que muchos socialistas se han terminado arrepintiendo, supuso que el PSE se hiciera con la presidencia del metro, mientras accedía a que el PNV mantuviera la presidencia y la gerencia del consorcio. "En vez de apreciarlo como un gesto de generosidad, lo vieron como de debilidad", coinciden varias fuentes socialistas. Ahí empezó a fraguarse el conflicto, porque Bilbao fue retrasando la convocatoria del Consejo de Administración del metro que debía aprobar el relevo, que no se produjo al final hasta febrero pasado, obligado por el PSE.

Desde entonces, los enfrentamientos se han ido sucediendo y encrespando: primero por el plan de inversiones del metro, que terminó con el cese de su gerente, el peneuvista Juan Cruz Nieves, y la salida inmediata de la presidencia de Bilbao. "Este es un conflicto por el poder de José Luis Bilbao, que lo utilizó cuando el PNV preparaba el próximo candidato a diputado general y no contaba con él. Con este conflicto artificial cortó esa operacion", opina uno de los consejeros socialistas.

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Al diputado general se le reprocha que, durante su etapa al frente del consorcio, las reuniones de su consejo se ventilaban en 15 minutos sin apenas debate. "Cuando algún socialista pedía explicaciones, le decía que era minoría y que se votaba y punto", agrega dicho consejero. El argumento ha sido ahora utilizado por el PSE desde la mayoría, lo que ha molestado al PNV.

El independiente Pedro Lobato considera que ese es el problema: "Hay que saber manejarse tanto en la minoría como en la mayoría. Aquí hay parte de culpa de cada uno". Tampoco ayudan las personalidades de Bilbao y el del presidente del metro, el viceconsejero de Transportes, Ernesto Gasco, con una nula sintonía entre ambos. "Los dos son bravos", apunta un miembro del consejo del consorcio.

Lobato cree que la bronca terminará tras las elecciones del próximo mayo y destaca que las discrepancias son menores: el proyecto de soterramiento en Urduliz o una lanzadera en Santurtzi. Gasco apunta que, desde la salida de Bilbao de la presidencia del consorcio, "el clima de trabajo se ha normalizado y el 90% de los temas se acuerdan. La polémica solo vuelve cuando el diputado general sale en actos públicos a generar crispación".

La Diputación se remite a los argumentos que ha repetido a lo largo de los últimos meses su máximo responsable: la institución foral gestiona el 50% del presupuesto de las obras del metro y se encuentra con que tiene una nula capacidad de gestión, lo que le ha llevado a plantear que se reduzca su aportación al suburbano, que en 2011 ascenderá a 81 millones. Parece pues que la bronca seguirá. Aunque, apunta el alcalde de Etxebarri, "lo curioso es que, pese a la mala imagen, las obras siguen igual".

Las ausencias de Bilbao y Azkuna

Desde que el diputado general vizcaíno, José Luis Bilbao, abandonase el pasado junio la presidencia del Consorcio de Transportes, no ha acudido a ninguna de la media docena de reuniones que ha mantenido su consejo, aunque permanece como miembro del mismo. Lo mismo ocurre en el caso del alcalde bilbaíno, Iñaki Azkuna, quien dejó la vicepresidencia de la entidad en verano.

El alcalde de Etxebarri, el independiente Pedro Lobato, ha intentado apaciguar la situación en al menos dos reuniones. La última vez que lo hizo fue hace dos semanas, en la última sesión del consejo, para acabar con la "imagen deplorable" actual. "Se quedaron todos perplejos", apunta. Lobato admite que, desde la salida de la presidencia de José Luis Bilbao, "el nivel de enfrentamiento es menor", pero sigue sin resolverse. El PNV mantiene su demanda en los tribunales contra el nombramiento del nuevo director del consorcio, Iñaki Prego, pese a que un juzgado ya se ha opuesto a su suspensión cautelar.

A los nacionalistas les escoció sobremanera la salida del anterior director, Juan Cruz Nieves, acusado de los socialistas de mala gestión por no informar de la existencia de 56 millones de euros de remanentes de tesorería.

Nieves fue diputado foral de Vizcaya y portavoz del PNV en las Juntas y esperaba jubilarse -apenas le quedaban tres años- en la gerencia del consorcio. Su partido tampoco ha podido buscarle otro puesto: asesor en el departamento foral de Acción Social durante un mes, los nacionalistas quisieron colocarle en el Cedemi, el centro de desarrollo de empresas de la Margen Izquierda, pero los socialistas impusieron su veto con claridad. Otra muestra más de que las heridas entre ambos partidos son profundas en este asunto.

Desde el inicio

- Las discrepancias por el metro empezaron nada más tomar posesión el nuevo Gobierno en mayo de 2009. En junio, tras reunirse con el lehendakari, Patxi López, el diputado general, José Luis Bilbao, sugiere que su institución dejara de financiar las obras del metro, una declaración que luego fue matizada.

- La primera gran bronca llega en febrero pasado, cuando se aplaza la aprobación del plan de inversiones por plantear el PNV un endeudamiento no previsto. Se resuelve tras una reunión entre el consejero de Transportes, Iñaki Arriola, y Bilbao.

- Dos meses después resurge el conflicto al descubrirse remanentes de tesorería en el Consorcio por 56 millones, lo que precipita en junio el cese de un cargo de máxima confianza de Bilbao, el director gerente, Juan Cruz Nieves.

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