Madrid confía en que se "entienda" la ausencia de Zapatero de la reunión

Las cumbres iberoamericanas no son como las europeas. El horario es solo indicativo, el orden del día provisional y la lista de asistentes no puede darse por definitiva hasta que han empezado. Cualquier imprevisto puede hacer que un mandatario se descuelgue en el último minuto. Pero eso, hasta ahora, era propio de algunos gobiernos latinoamericanos, aún frágiles institucionalmente. Por eso, la noticia de que el presidente español faltaría a la cita de Mar del Plata (Argentina), por primera vez desde que hace 20 años se inauguraron estas cumbres, produjo incredulidad y sorpresa.

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Las cumbres iberoamericanas no son como las europeas. El horario es solo indicativo, el orden del día provisional y la lista de asistentes no puede darse por definitiva hasta que han empezado. Cualquier imprevisto puede hacer que un mandatario se descuelgue en el último minuto. Pero eso, hasta ahora, era propio de algunos gobiernos latinoamericanos, aún frágiles institucionalmente. Por eso, la noticia de que el presidente español faltaría a la cita de Mar del Plata (Argentina), por primera vez desde que hace 20 años se inauguraron estas cumbres, produjo incredulidad y sorpresa.

Zapatero llamó el jueves a la anfitriona, Cristina Fernández de Kirchner, para excusarse por su inesperada ausencia. La presidenta argentina intentó convencerle de que acudiera, aunque fuera solo unas horas, tras el Consejo de Ministros de ayer. Pero Zapatero no cedió. Fuentes gubernamentales explicaron que, más que cuestión de horario, era de concentración. El jefe del Gobierno estaba volcado en discutir con sus homólogos europeos la arquitectura del mecanismo que debe poner coto a las maniobras especulativas contra el euro, que se han cebado con España.

La falta de Zapatero contrastó con la presencia del primer ministro portugués, José Sócrates, cuyo país atraviesa una situación financiera más delicada que la de su vecino, y dio pábulo a rumores sobre la vulnerabilidad de la economía española, en un continente en el que se juegan gran parte de su futuro las grandes empresas a las que el presidente recibió el sábado en La Moncloa.

La ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, aseguró que "hay razones justificadas" y "asuntos urgentes" que explican la ausencia de Zapatero. "Espero que se pueda entender", apostilló. "España estará muy bien representada aquí al máximo nivel", subrayó Jiménez, en alusión al Rey. Y, en efecto, a don Juan Carlos le toca redoblar esfuerzos para suplir a Zapatero y disipar las dudas generadas por su ausencia. No basta con que se entienda. Hace falta que se entienda bien.

Los Reyes comenzaron la jornada con una recepción a la colonia española en Argentina, la más numerosa del mundo, con más de 300.000 miembros. Como es ya tradicional, ofreció luego un almuerzo al presidente mexicano, Felipe Calderón, y por la tarde se reunió con el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, que menos de un mes dejará la presidencia de su país, y con Cristina Fernández, a la que expresó su pesar por la reciente muerte de su marido. Jiménez, por su parte, aprovechó para entrevistarse por vez primera con su homólogo cubano, Bruno Rodríguez, quien le prometió que los 11 presos del grupo de los 52 que siguen en prisión saldrán libres. Más pronto que tarde.

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