La asociación de artistas celebra aniversario con espíritu crítico

Ha estado en casi todos los debates de política cultural de las últimas tres décadas. La Asociación de Artistas Visuales de Cataluña (AAVC), con 1.341 asociados, ha cumplido 30 años este mes de noviembre y, con flamante cartel firmado por Tàpies y un ciclo de debates en perspectiva, lo celebrará el sábado, víspera electoral, con una fiesta en La Capella -escenario de la exposición con la que se dio a conocer en 1980 la entonces Federació Sindical d'Artistes Plàstics de Catalunya- en la que intervendrán tres de sus asociados: Antoni Miralda para los cócteles; Carles Congost como pinchadiscos y ...

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Ha estado en casi todos los debates de política cultural de las últimas tres décadas. La Asociación de Artistas Visuales de Cataluña (AAVC), con 1.341 asociados, ha cumplido 30 años este mes de noviembre y, con flamante cartel firmado por Tàpies y un ciclo de debates en perspectiva, lo celebrará el sábado, víspera electoral, con una fiesta en La Capella -escenario de la exposición con la que se dio a conocer en 1980 la entonces Federació Sindical d'Artistes Plàstics de Catalunya- en la que intervendrán tres de sus asociados: Antoni Miralda para los cócteles; Carles Congost como pinchadiscos y Mireia C. Saladrigues en el diseño de la invitación.

De la historia combativa y crítica de la asociación da cuenta el especial histórico que han colgado en su web (www.aavc.net), todo un repaso a cómo esta asociación ha estado en el meollo de casi todo, desde la creación del Macba a la lucha por un centro de arte en Barcelona tras el cambio de rumbo de Santa Mónica pasando por la puesta en marcha del código de Buenas Prácticas.

"Pero uno de nuestro objetivos más ambiciosos ha sido, además de la puesta en marcha del centro de producción Hangar, el haber conseguido junto a otras asociaciones el cambio en el sistema de administración de las ayudas a través del Consejo de las Artes", comentó Florenci Guntín, secretario general de la entidad.

Es una alegría un tanto amarga, según confesó después Joan Fontcuberta, actual presidente de la AAVC. "El modelo es eficaz, otra cosa es la puesta en práctica, que está resultando un poco decepcionante", comentó. "Falta más armonización entre la presidencia y el plenario y hay un exceso de burocratización. Somos críticos respecto a lo que está pasando ahora, pero seguimos pensando que el modelo es válido y que acabará funcionando bien, aunque posiblemente necesitará 10 o 15 años para estabilizarse".

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