Por la libertad de expresión
Asistí a la conferencia impartida por Rosa Díez, la dirigente de UPyD, celebrada el 21 de octubre en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, y siento que debo de aportar mi grano de arena sobre lo que allí ocurrió.
Sentí verdadera indignación cuando oí los abucheos y escuché los gritos de "españolista torturadora" contra Rosa Díez, por parte de una pandilla de aprendices a camisas pardas. Solo el look ha cambiado. El mensaje, el odio es el mismo.
La tensión iba en aumento y admiré el temple de aquella mujer que no se resignaba a marcharse...
Asistí a la conferencia impartida por Rosa Díez, la dirigente de UPyD, celebrada el 21 de octubre en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, y siento que debo de aportar mi grano de arena sobre lo que allí ocurrió.
Sentí verdadera indignación cuando oí los abucheos y escuché los gritos de "españolista torturadora" contra Rosa Díez, por parte de una pandilla de aprendices a camisas pardas. Solo el look ha cambiado. El mensaje, el odio es el mismo.
La tensión iba en aumento y admiré el temple de aquella mujer que no se resignaba a marcharse, ni de aquellos que no se achicaron, de aquellos que se limitaron a escribir en un folio "libertad de expresión" mientras la banda de cafres trataba de intimidarlos para que se marcharan. Ese día me dieron un enorme ejemplo de valor cívico y les agradezco, desde el fondo del corazón, que no se rindieran.
Detrás de ellos estamos la gran mayoría de las gentes de este país, que no lo olviden.