Las cajas ponen a la venta sus activos fuera de España

Goldman Sachs busca compradores para las oficinas y la cartera industrial

El capital no tiene patria ni sabe lo que significa la galleguidad. Las cajas de ahorros han decidido confiar a Goldman Sachs, uno de los mayores símbolos de Wall Street, la venta de activos por valor de 12.900 millones. Para conseguir llegar a esa cifra en los próximos cinco años, Caixa Galicia y Caixanova tienen que desprenderse de oficinas, cartera industrial y otras participaciones. Fuentes de las cajas confirmaron que Goldman Sachs tiene el mandato para explorar el mercado en busca de compradores "por su contrastada experiencia en operaciones corporativas", aunque descartaron que s...

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El capital no tiene patria ni sabe lo que significa la galleguidad. Las cajas de ahorros han decidido confiar a Goldman Sachs, uno de los mayores símbolos de Wall Street, la venta de activos por valor de 12.900 millones. Para conseguir llegar a esa cifra en los próximos cinco años, Caixa Galicia y Caixanova tienen que desprenderse de oficinas, cartera industrial y otras participaciones. Fuentes de las cajas confirmaron que Goldman Sachs tiene el mandato para explorar el mercado en busca de compradores "por su contrastada experiencia en operaciones corporativas", aunque descartaron que se vayan a cerrar operaciones este año.

La elección del banco colocador tiene que ver con el hecho de que, en la actualidad, pocos inversores españoles (incluidos bancos) están dispuestos o tienen el capital suficiente para interesarse por los activos de las cajas de ahorros. En cambio, "la venta de activos puede ser una oportunidad para fondos de inversión internacionales que buscan una determinada rentablidad", analizan los expertos.

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Las oficinas se ofrecen por lotes, y, según las fuentes consultadas, son más de cien y están situadas fuera de Galicia, en las zonas de expansión (Madrid y Levante). Además del valor de los inmuebles (cuando son propiedad), las cajas quieren colocar el negocio que tienen aparejado, es decir, los derechos de cobro de los créditos y el pasivo depositado como ahorro. Con ellas también buscan desprenderse de parte del personal, algo que UGT ya denunció hace meses. En cuanto a las participaciones industriales, la suma de ambas da como resultado una jugosa cartera de inversiones en el sector financiero, alimentación, infraestructuras, servicios, textil o audiovisual.

No es ningún secreto que el cuaderno de venta del Banco Gallego, propiedad de Caixanova, circula desde hace meses por los despachos de muchos competidores y, tras desprenderse de parte de R, es el gran objetivo de la caja de Vigo. Sin embargo, fuentes financieras señalan que las aspiraciones de la entidad que preside Julio Fernández Gayoso son "demasiado elevadas" en el precio, que ronda un valor contable de 260 millones de euros.

A eso se añade que la crisis está penalizando los resultados del banco, que en el primer semestre consiguió un ínfimo beneficio de 4,2 millones de euros. Las mismas fuentes aseguran que la entidad, en la que también participan con un 10% los empresarios Javier Ungría y Epifanio Campo, podría ser interesante para otro banco mediante el traspaso en bloque de todo el negocio.

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A las cajas no les queda otra que acelerar esta operación de venta de activos, que curiosamente inician antes de que sus propias asambleas den el visto bueno al nacimiento de la entidad única, algo que harán el miércoles que viene. Caixa Galicia y Caixanova se comprometieron a adelgazar sus balances ante el Banco de España en el documento de integración que firmaron en primavera. De lo contrario no habrían recibido los 1.200 millones del fondo de rescate (FROB) para recomponer las cuentas y hacer frente a la ansiada operación.

Sacyr, Pescanova, Caser, Ahorro Corporación, Cupa, Monbús, Adolfo Domínguez, Filmanova o Calvo encabezan la larga lista de participadas. Sólo la corporación de Caixa Galicia suma hasta 150 en 15 sectores que alcanzan una cifra de negocio (2008) cercana a los 1.200 millones de euros. La primera decisión de salir del accionariado de una empresa, que no gestionó Goldman Sachs, fue la de Reganosa, donde ambas estuvieron a punto de vender a un grupo australiano sus paquetes del 10% (Caixa Galicia) y el 5% (Caixanova).

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