Reportaje:

Sátiras estéticas

La Fundación Carlos de Amberes expone por primera vez en España la serie completa de grabados de James Ensor

Despiadada, incisiva y sorprendentemente actual. La obra del belga James Ensor (1860-1949), su particular mundo de realidad e invención, religión y política, humor y sátira, lo convierte en un artista inclasificable. Precursor de expresionistas y surrealistas, se ganó un lugar en la historia del arte como pintor y también como autor de una obra gráfica cuya técnica dominaba. Por primera vez en España se puede ver la serie completa de sus grabados, pertenecientes a la colección Frank Deceuninck, en la Fundación Carlos de Amberes.

A lo largo de su vida, Ensor realizó 133 aguafuerte...

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Despiadada, incisiva y sorprendentemente actual. La obra del belga James Ensor (1860-1949), su particular mundo de realidad e invención, religión y política, humor y sátira, lo convierte en un artista inclasificable. Precursor de expresionistas y surrealistas, se ganó un lugar en la historia del arte como pintor y también como autor de una obra gráfica cuya técnica dominaba. Por primera vez en España se puede ver la serie completa de sus grabados, pertenecientes a la colección Frank Deceuninck, en la Fundación Carlos de Amberes.

A lo largo de su vida, Ensor realizó 133 aguafuertes y unas 65 litografías. "Su obra gráfica es tan importante como sus pinturas o dibujos. Para él eran expresiones artísticas equivalentes, hasta el punto de que realizó grabados a partir de pinturas suyas y pinturas a partir de sus grabados, en las dos direcciones", explica Xavier Tricot, experto en la obra de Ensor y comisario de la muestra titulada La belleza de lo grotesco.

Además de grabados, la muestra incluye los tres únicos cuadros del artista en colecciones españolas: Teatro de máscaras (Museo Thyssen), Jardin d'Amour (colección de Carmen Thyssen) y La Virgen y la mundana (Museo de Bellas Artes de Bilbao).

También se expone el cartón titulado La entrada de Cristo en Bruselas en 1889, realizado entre 1888 y 1890, que nunca se llegó a plasmar en un tapiz hasta 2008. Forma parte de la colección Getty y es el punto culminante de la crítica social, política y religiosa que se repite en la obra de Ensor. La figura central de Cristo, rodeado de una multitud que lo ignora, es un autorretrato de alguien incomprendido en lo personal -su familia nunca aceptó del todo sus inclinaciones creativas- y en lo artístico. La incomodidad que provocaba su obra es el tema de Les cuisinières dangereux, también en la muestra, donde la cabeza del artista es servida, a modo de la de san Juan Bautista, a la mesa de un grupo de críticos. "Comparo a Ensor con una esponja que todo lo absorbe y lo devuelve de forma personal. En él está la literatura de Balzac, la Biblia, Poe, Flaubert... Es vanguardista y revolucionario, pero se sitúa en una línea que parte de El Bosco y pasa por Brueghel y Rubens", señala Tricot. Los grandes caricaturistas británicos de los siglos XVIII y XIX, como William Hogarth, también se cuentan entre las influencias de Ensor.

Tricot ha organizado la exposición según los grandes temas del artista: los autorretratos en los que registra su evolución física y anímica; los paisajes y marinas belgas, sobre todo de su Ostende natal; la figura de Cristo, una de sus obsesiones; y las máscaras, esqueletos y personajes extravagantes que utilizó en su crítica social.

La belleza de lo grotesco. Fundación Carlos de Amberes, Claudio Coello, 99. Precio: 3 euros. Gratuita los martes. Hasta el 8 de diciembre.

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Teatro de máscaras y Los cocineros peligrosos, de James Ensor, obras que se exponen en la Fundación Carlos de Amberes.

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