Detenido por robo el hombre al que disparó su tío policía

En apenas un mes, entre enero y febrero de este año, en Aranjuez se denunciaron nada menos que 55 robos en trasteros. Todos iguales: el ladrón o ladrones pegaba una patada en la puerta y entraban a los almacenes, generalmente en los bajos de edificios de viviendas. Y de allí se llevaban lo que encontraban, el tipo de cosas que se guarda en un trastero: alimentos (latas de conservas, bidones de aceite de oliva), bebidas, bicicletas, ropa... Objetos de venta fácil a los que se podía dar salida rápidamente. Curiosamente, los robos dejaron de producirse a partir del 10 de febrero. Ese día, en un p...

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En apenas un mes, entre enero y febrero de este año, en Aranjuez se denunciaron nada menos que 55 robos en trasteros. Todos iguales: el ladrón o ladrones pegaba una patada en la puerta y entraban a los almacenes, generalmente en los bajos de edificios de viviendas. Y de allí se llevaban lo que encontraban, el tipo de cosas que se guarda en un trastero: alimentos (latas de conservas, bidones de aceite de oliva), bebidas, bicicletas, ropa... Objetos de venta fácil a los que se podía dar salida rápidamente. Curiosamente, los robos dejaron de producirse a partir del 10 de febrero. Ese día, en un piso de la calle Camino de Noblejas, también en Aranjuez, un policía nacional disparaba presuntamente a su sobrino, Sergio Santos-García, y lo dejaba malherido.

Resulta que el herido, un hombre de 25 años con seis antecedentes policiales (cuatro por robo con fuerza y dos por robo con violencia o intimidación) y dos reclamaciones judiciales anteriores, es ese ladrón. Es lo que cree la Policía Nacional, que le ha detenido esta semana como presunto autor de los 55 robos. Cuando el tío, Eugenio Santos-García, disparó a su sobrino en casa de la abuela de éste, los agentes de la Policía Judicial y la Científica que acudieron a la vivienda descubrieron allí objetos que se correspondían con las denuncias por los robos en trasteros, explicó ayer un portavoz de la Policía.

A partir de esa pista, recogieron y fotografiaron las zapatillas deportivas del herido, cuyas dimensiones y dibujos coincidían con las huellas que se habían encontrado en los trasteros. El laboratorio de trazas de la Policía Científica analizó las muestras y concluyó que no había duda. Eran las mismas zapatillas. El hombre ha ingresado en prisión.

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