El PP pide "la máxima determinación"
El PP sigue de cerca la evolución de estos dos escándalos que se enmarcan en el denominado caso De Miguel porque se producen en un territorio muy proclive a sus intereses electorales. Por eso, su reacción ha sido de la máxima firmeza. Su parlamentario Carlos Urquijo, en una pregunta dirigida al consejero de Interior del Gobierno vasco, considera que "Ares debe ser implacable para terminar con la supuesta trama de agentes que espiaba para el PNV y sobre todo adoptar las medidas necesarias para evitar la reiteración de hechos tan deplorables". En su requerimiento, Urquijo pide det...
El PP sigue de cerca la evolución de estos dos escándalos que se enmarcan en el denominado caso De Miguel porque se producen en un territorio muy proclive a sus intereses electorales. Por eso, su reacción ha sido de la máxima firmeza. Su parlamentario Carlos Urquijo, en una pregunta dirigida al consejero de Interior del Gobierno vasco, considera que "Ares debe ser implacable para terminar con la supuesta trama de agentes que espiaba para el PNV y sobre todo adoptar las medidas necesarias para evitar la reiteración de hechos tan deplorables". En su requerimiento, Urquijo pide detalles al consejero sobre las medidas disciplinarias impuestas, a cuántos agentes y por qué motivo. También exige explicaciones sobre la situación procesal en la que se encuentran los agentes expedientados y si, con ello, se da o no por concluida la investigación interna. El PP también ha destacado la necesidad de crear una comisión de investigación en el Parlamento vasco.
EB ha anunciado que pedirá la comparecencia de Ares en el Parlamento autonómico para que aporte datos sobre esta supuesta red de espionaje y no descarta solicitar que se cree una comisión de investigación. El coordinador de Ezker Batua-Berdeak en Álava, José Miguel Fernández, ha mostrado su indignación por esta presunta trama.
A su vez, el parlamentario vasco de UPyD, Gorka Maneiro, al referirse ayer a la supuesta red de espionaje, la identificó como las "prácticas mafiosas consecuencia del tipo de gobierno que estaba instalado en Euskadi en los últimos 30 años, en el que un partido político consideraba a la Ertzaintza como su policía, a Euskadi su chiringuito, y a las instituciones su batzoki".