CiU otea las elecciones del Barça

Los cuatro candidatos a presidir el club mantienen o han tenido vínculos con la federación nacionalista y sus dirigentes

Convergència i Unió (CiU) celebró hace una semana su fiesta anual en Vic (Osona) con la presencia de 12.000 simpatizantes. Decenas de autocares aparcaron en el acceso al recinto y entre ellos había uno con una foto gigante de Jaume Ferrer, uno de los candidatos a la presidencia del Barça. Quedaban dos días para presentar los avales en las oficinas del club y el equipo de Ferrer pidió recoger adhesiones de los posibles socios. "Sólo queríamos hacer propaganda con el autocar y nos acabaron echando", lamentan desde la candidatura de Ferrer, el aspirante patrocinado por Joan Laporta. Ferrer está m...

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Convergència i Unió (CiU) celebró hace una semana su fiesta anual en Vic (Osona) con la presencia de 12.000 simpatizantes. Decenas de autocares aparcaron en el acceso al recinto y entre ellos había uno con una foto gigante de Jaume Ferrer, uno de los candidatos a la presidencia del Barça. Quedaban dos días para presentar los avales en las oficinas del club y el equipo de Ferrer pidió recoger adhesiones de los posibles socios. "Sólo queríamos hacer propaganda con el autocar y nos acabaron echando", lamentan desde la candidatura de Ferrer, el aspirante patrocinado por Joan Laporta. Ferrer está muy relacionado con la familia Pujol-Ferrusola, pero eso no fue suficiente para hacer campaña en Vic.

La formación de Artur Mas evita tomar partido por ningún candidato

Los nacionalistas apuestan por la cautela y quieren mantenerse al margen del proceso electoral porque no quieren cometer errores con vistas a los comicios autonómicos y porque han tenido o tienen relaciones con los cuatro aspirantes a dirigir el Barça. Fuentes de CiU aseguran que Ferrer no fue el único que pensó en Vic. Otro candidato, con antelación, tuvo la misma idea y obtuvo la misma respuesta: aquí no, gracias. "No queremos implicarnos", afirma Oriol Pujol, portavoz de CiU en el Parlament. "Tenemos claro que no nos decantaremos por nadie", añade el diputado Josep Maldonado, reconocido culé y responsable de la sectorial de deportes de Convergència (CDC), que matiza que desde hace al menos 20 años no han apostado abiertamente por ningún aspirante, aunque en 1989 a Sixte Cámbra, rival electoral de Núñez, siempre se le asoció con CiU. La actual discreción se explica porque CiU mantiene vínculos con los cuatro candidatos: Sandro Rosell es hijo de Jaume Rosell, uno de los fundadores de CDC; Marc Ingla, hijo de un ex miembro de Banca Catalana, es amigo de Oriol Pujol; Jaume Ferrer es muy amigo de la familia Pujol, y Agustí Benedito participó activamente en Unió Democràtica.

"Quizá todo es más simple: en CiU somos mucha gente", explican en la federación. Uno de sus diputados cuenta que, de ser socio, lo tendría difícil a la hora de votar porque fue al colegio con uno de los candidatos y mantiene amistad con otro.

Pero hay relaciones poliédricas. El caso de Oriol Pujol es paradigmático: Ferrer es amigo de su hermano Josep, él mismo es amigo de la hermana de Rosell y conoce a la compañera de Benedito del Grup d'Estudis (GEN). Y mantiene una estrecha amistad con Ingla aunque no estuvo en el acto de presentación de su candidatura. A Ingla se le ha relacionado más con el PSC. Primero, por ser cuñado de Isaías Taboas, secretario general de Presidencia y de Max Vives-Fierro, ex asesor de Pasqual Maragall. La otra razón es que el PSC bendijo a Ferran Soriano, miembro de su candidatura, para que dirigiera Spanair. "Decir que Ingla es del PSC y Rosell de CiU es demasiado simplista. El Barça es mucho más transversal", dicen desde la candidatura de Benedito.

Las cosas han cambiado mucho desde 2003. Cuando Laporta fue proclamado el presidente más votado de la historia del Barça se le vio fundirse en un abrazo con Oriol Pujol, que había colaborado en la confección de su candidatura -fue una de las personas que le puso en contacto con Ingla- aunque había pasado desapercibido. Pese a todo, la mayoría de militantes de CiU apostaba por la figura del publicista Lluís Bassat, en cuya lista estaba Jacint Borràs, padre de la diputada convergente Meritxell Borràs y que actualmente apoya a Jaume Ferrer.

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Hoy es diferente porque Oriol Pujol está al margen del proceso electoral y Laporta tiene las puertas cerradas de CiU desde que se enfrentó abiertamente a Artur Mas al acusarle en 2008 de estar detrás de la moción de censura auspiciada, según él, por Rosell. CiU no quiere ahora cometer ningún desliz que le desvíe lo más mínimo de su objetivo de ganar las elecciones autonómicas en las que si Laporta se presenta podría arañarle algún voto. Pese a que en CiU insisten en su neutralidad, en la mayoría de candidaturas aseguran que los pesos pesados del partido, aunque no sea de forma orgánica, se han inclinado por arropar y dar su firma a Rosell.

Todos los aspirantes, pese a estar en la órbita nacionalista, han defendido su independencia y se han reunido con la mayoría de líderes políticos, incluidos los del PP. Rosell ha visitado más que ningún otro la sede del PSC para entrevistarse con José Zaragoza, secretario de organización. "Es verdad, pero es el candidato que llevaba más tiempo como tal", dicen en el PSC. "Lo ha hecho para superar su etiqueta convergente. Es un exceso de gesticulación", dice un miembro de CiU que zanja el debate bromeando: "Lo bueno de todo esto es que venza quien venza, CiU gana".

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