Vuelta a la vida en China

Será difícil que China olvide este lunes de Pascua. Cuarenta minutos después de iniciado el día, las 3.000 personas que trabajaban desde el viernes sin descanso lograban rescatar, entre aplausos y sollozos de alegría, a un primer grupo de nueve mineros. En diversas tandas y a lo largo de todo el día consiguieron elevar a la superficie a otros 106; todos ellos deshidratados y cegados por la luz, pero vivos y emocionados tras nueve días de calvario engullidos por las entrañas de la mina de carbón que, al norte del país, amenazaba con convertirse en su tumba.

Miles de mineros como los que ...

Será difícil que China olvide este lunes de Pascua. Cuarenta minutos después de iniciado el día, las 3.000 personas que trabajaban desde el viernes sin descanso lograban rescatar, entre aplausos y sollozos de alegría, a un primer grupo de nueve mineros. En diversas tandas y a lo largo de todo el día consiguieron elevar a la superficie a otros 106; todos ellos deshidratados y cegados por la luz, pero vivos y emocionados tras nueve días de calvario engullidos por las entrañas de la mina de carbón que, al norte del país, amenazaba con convertirse en su tumba.

Miles de mineros como los que ahora han sido devueltos a la vida mueren en masa en accidentes como el acaecido en esta mina de Wangjialing. Las insuficientes medidas de seguridad y la intensa demanda de energía han convertido a las minas chinas en las más peligrosas de la tierra. Una media de 3.000 mineros fallecen cada año en ellas. El milagro de este lunes, tras un fin de semana festivo -nada que ver con la Pascua cristiana- en el que los chinos recuerdan a sus parientes desaparecidos, podría ser una dulce metáfora del avance de China hacia el liderazgo mundial y su papel de flamante actor global.

Una vía de agua inundó repentinamente la mina de Wangjialing el pasado domingo 28 de marzo. Quedaron atrapados 153 mineros. Había pocas posibilidades de hallarlos con vida. Sin embargo, cinco días más tarde, golpes rítmicos en una tubería de acero alertaron a los equipos de rescate, que lograron extraer millones de litros de agua y abrir un orificio por el que proveer a los trabajadores de oxígeno, agua, glucosa y teléfono, además de mensajes de ánimo: "Queridos camaradas", decía uno, "el Comité Central del Partido, el Consejo de Estado y toda la nación están interesados en vuestra seguridad".

Las cortezas de la madera de pino con la que se construyen las galerías y el agua sucia han mantenido vivos a los 115 mineros rescatados. Es casi seguro que otros 38 no han logrado sobrevivir, pero el país ha seguido con alborozo la epopeya. El Gobierno ha anunciado una campaña para mejorar la seguridad en las minas. Ojalá dé resultado. La gran potencia asiática no puede quedar al albur de estos contados milagros.