Montilla arrincona a la vieja guardia para remontar los sondeos

Agobiado por encuestas electorales muy desfavorables y a escasos seis meses para los comicios catalanes, el presidente de la Generalitat, José Montilla, dio ayer el golpe de timón que muchos esperaban pero que nadie en el Partido Socialista de Cataluña se atrevía a verbalizar. El líder del PSC presentó su equipo de campaña en una fotografía que visualiza una suerte de borrón y cuenta nueva sin romper más platos de los estrictamente necesarios.

Montilla ha situado en un segundo término -al menos sobre el papel- a su número dos en el partido, José Zaragoza, responsable de las últim...

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Agobiado por encuestas electorales muy desfavorables y a escasos seis meses para los comicios catalanes, el presidente de la Generalitat, José Montilla, dio ayer el golpe de timón que muchos esperaban pero que nadie en el Partido Socialista de Cataluña se atrevía a verbalizar. El líder del PSC presentó su equipo de campaña en una fotografía que visualiza una suerte de borrón y cuenta nueva sin romper más platos de los estrictamente necesarios.

Montilla ha situado en un segundo término -al menos sobre el papel- a su número dos en el partido, José Zaragoza, responsable de las últimas campañas y de los mensajes más duros contra Convergència i Unió y el Partido Popular. En su lugar ha puesto a un joven sindicalista de la UGT, Jaume Collboni, que tiene el encargo de hacer una campaña más constructiva que las anteriores, tender puentes con otras formaciones y no alejar más de la política a los más desencantados, sobre todo a los jóvenes. Le acompañarán los alcaldes con más proyección del partido, veteranos como el de Lleida, Àngel Ros, y nuevos como Núria Parlón, de Santa Coloma de Gramenet. Pero el cambio deja víctimas de calado. Por el camino se ha quedado casi todo el sector más catalanista del PSC, del que forman parte la mayoría de consejeros socialistas en el Gobierno catalán. Ni uno solo de ellos participará en el nuevo sanedrín de Montilla, que también se configura como el embrión de las listas.

Para algunos dirigentes del PSC el cambio visualizado ayer es el que Montilla no se atrevió a hacer cuando en 2006 se hizo con la presidencia de la Generalitat tras el portazo de Pasqual Maragall. Entonces Montilla decidió mantener en su núcleo próximo a buena parte de los maragallistas, muchos de los cuales no comparten ni el estilo ni los análisis del presidente catalán. Aunque algunos de los consejeros participan activamente en la elaboración del programa electoral, como Joaquim Nadal (Política Territorial) o Antoni Castells (Economía), ninguno apareció en la fotografía de ayer. "Es como si el presidente decidiera prescindir del bagaje acumulado en siete años de Gobierno" se lamentaba ayer un miembro del Ejecutivo.

El malestar no se dejó ver en la ejecutiva de ayer. Todos los consejeros bendijeron los cambios. Al término de la reunión fue el propio presidente de la Generalitat quien los explicó en una comparecencia ante los periodistas sin aceptar preguntas. Se limitó a asegurar que los cambios obedecen a la necesidad de contar con un programa "potente, equilibrado y a la altura de lo que Cataluña necesita". Las cuestiones las respondió el nuevo jefe de campaña, Collboni. Este aseguró que no hará una campaña basada en la descalificación del contrario, como las ideadas por José Zaragoza. Éste, con todo, se mantiene en el equipo de campaña y nadie en el PSC cuestiona que sigue siendo la mano derecha del presidente en el partido.

Montilla, ayer con Jaume Collboni, director de su campaña.
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