El arte del fútbol

Alérgico al fútbol resultadista, Arsène Wenger, técnico del Arsenal, amplía el horizonte y acude a lo estético y plástico para convencer a su público de que los goles llegan a través del buen juego. "Un gran club debe tener la ambición de ganar con estilo", aseguraba el sábado pasado al rotativo The Independent; "un famoso dicho defiende que la única forma de estar en paz contigo mismo es si transformas cada minuto de tu vida en arte. Y el fútbol es arte". Por eso le resulta el Arsenal un rival tan admirado como incómodo a Pep Guardiola, entrenador azulgrana, que entiende que este opone...

Alérgico al fútbol resultadista, Arsène Wenger, técnico del Arsenal, amplía el horizonte y acude a lo estético y plástico para convencer a su público de que los goles llegan a través del buen juego. "Un gran club debe tener la ambición de ganar con estilo", aseguraba el sábado pasado al rotativo The Independent; "un famoso dicho defiende que la única forma de estar en paz contigo mismo es si transformas cada minuto de tu vida en arte. Y el fútbol es arte". Por eso le resulta el Arsenal un rival tan admirado como incómodo a Pep Guardiola, entrenador azulgrana, que entiende que este oponente no presume sino que juega al ataque.

Wenger propone un fútbol de combinación, de ofensivas masticadas y pie preciso. Junto al Barça, es el equipo que más elogios recoge por su juego atildado y vistoso. "Son dos filosofías similares de entender el deporte", señala Francis Cagigao, ojeador del Arsenal en España; "regidas por el buen trato al balón". Lo mismo opina Javi Garrido, lateral del Manchester City: "El Arsenal se despliega con el toque, los movimientos, las paredes y el ataque tanto por dentro como por fuera. Más o menos como el Barça". Y Lauren, ex futbolista gunner y ahora en el Córdoba, interviene: "Será cuestión de saber quién puede retener más la pelota para hacer daño al rival".

Poco queda del Arsenal que se midió y perdió (1-2) la final de la Champions de 2006 ante el Barça, más allá del estilo y de su capitán, Cesc Fábregas, producto de la cantera azulgrana y del modelo instaurado por Johan Cruyff. Cesc suma 14 goles en la Premier -le sigue Arshavin con 9- y otros 3 en la Champions, sólo superado por los cinco de Bendtner, que le endosó un hat-trick al Oporto. No queda peor parado en el apartado de las asistencias el medio catalán, que contabiliza 15 pases de gol en la Premier -líder de la estadística, seguido por Lampard (Chelsea) y Milner (Aston Villa), con 11- y otros dos en Europa. "Cesc es la pieza fundamental", interviene Garrido; "pero hay más jugadores con movilidad, como Arshavin y Nasri, que descomponen al rival". Y Lauren remata: "Son tres futbolistas pequeñitos -Nasri se queda en 1,77 metros, Cesc mide 1,75 y Arshavin alcanza 1,72- pero matones".

El Arsenal, que no gasta millonadas desorbitadas en fichajes pero que mantiene unos salarios de lo más jugosos, se define por su juventud, por su facilidad para formar a los futbolistas. Por eso su media de edad (25,1 años) es menor a la del Barça (26,2), que sólo resulta más imberbe en la delantera, liderada por Messi. "Los gunners son jóvenes pero entienden un rato de fútbol", conviene Garrido. "Un conjunto novel pero capacitado para Europa", remarca Cagigao.

Tercero en la Premier a un solo paso del Manchester United y el Chelsea, el Arsenal sólo chirría en un aspecto en lo que va de temporada. Ha sido incapaz de vencer en los duelos directos con los equipos punteros de la tabla; ha perdido los dos enfrentamientos con el Chelsea, el Mufc y el City, si se cuenta la ida de la Premier y la eliminatoria de la Carling Cup. "El Manchester no ganó el año pasado ningún duelo directo y ganó la Liga", esgrime Cagigao. "Pero el Arsenal no tiene a Messi, el mejor futbolista del mundo", le rebate Lauren. Eso le preocupa a Wenger, que también piensa que si impone su estilo, el Arsenal puede con todo.