Las cajas buscan consenso para elegir presidente a Fainé

El máximo responsable de La Caixa tiene apoyos políticos

Los tiempos revueltos cambian todo, incluso las tradiciones de organismos tan clásicos como el casi centenario Consejo de Administración de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA). La patronal de las cajas ha abierto el periodo de elección de Juan Ramón Quintás, cuya presidencia termina en mayo. Hasta hace unos días, sólo se había presentado un candidato, Amado Franco, presidente de Ibercaja, la entidad número siete del sector por tamaño. La irrupción de un nuevo candidato, Isidro Fainé, que se ha colocado como favorito por contar con el empuje del Gobierno y del PP, ha roto una t...

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Los tiempos revueltos cambian todo, incluso las tradiciones de organismos tan clásicos como el casi centenario Consejo de Administración de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA). La patronal de las cajas ha abierto el periodo de elección de Juan Ramón Quintás, cuya presidencia termina en mayo. Hasta hace unos días, sólo se había presentado un candidato, Amado Franco, presidente de Ibercaja, la entidad número siete del sector por tamaño. La irrupción de un nuevo candidato, Isidro Fainé, que se ha colocado como favorito por contar con el empuje del Gobierno y del PP, ha roto una transición tranquila.

Hasta comienzos de la semana pasada, Franco contaba con el apoyo de la mayoría de las cajas. El 10 de marzo, Quintás escribió una carta a todos los presidentes en la que pedía que hoy, en el consejo ordinario de Sevilla, se votara a su sustituto. Franco acudía a la cita con el apoyo del máximo dirigente de la CECA pero, en la recta final, el Gobierno empezó a moverse contra todo pronóstico.

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Elena Salgado, vicepresidenta y ministra de Economía, estaba incómoda con la idea de que Franco fuera presidente de la CECA. Este directivo no tiene militancia política, pero se le considera cercano a Manuel Pizarro, ex diputado del PP. Además, Salgado quiere a Fainé, líder del sector, para que colabore desde la CECA con el ministerio y con el Banco de España para encauzar la difícil reconversión a la que se enfrentan las cajas.

El candidato gubernamental, Isidro Fainé, vicepresidente primero de la CECA y presidente de La Caixa, lleva 46 años en el sector financiero. El problema de Fainé es que es un ejecutivo muy ocupado. Es vicepresidente de Repsol y de Telefónica; acude una vez al mes a Pekín, al consejo de The Bank of East Asia, y otra vez a México, a Inbursa. Dirige el grupo industrial Criteria y está en el consejo de Abertis, entre otras ocupaciones.

Quintás no cree que se puedan compatibilizar tantos cargos con el timón de la patronal de cajas. En la carta que envió, dijo que la reforma del régimen jurídico de las cajas y los procesos de fusión "requieren la atención urgente de un presidente que pueda afrontar plenamente una tramitación que será larga y compleja". Sin citarlo, en la misiva daba por hechas las gestiones a las que se comprometió para su relevo y pedía: "Deliberación y, en su caso, nombramiento del presidente".

Sin embargo, el PSOE, el PP (con Rodrigo Rato a la cabeza), CiU y el PNV coinciden en apoyar a Fainé, interlocutor ideal para negociar con el Ejecutivo. Fainé ha condicionado su elección a que hoy no haya una revuelta interna en el Consejo y que tenga manos libres para realizar reformas en el funcionamiento de la Confederación.

Según fuentes consultadas, hoy no se votará a ningún candidato para afianzar el consenso y permitir una salida airosa a Franco, al que todos consideran víctima de la irrupción tardía e inopinada del Gobierno.

Por otro lado, Salgado pidió ayer que se acelere la reestructuración del sector, pero si no es así aseguró que pedirá una prórroga del FROB, el fondo de rescate de bancos y cajas, más allá de junio, límite dado por Bruselas. La agencia Standard & Poor's calcula que la reestructuración costará unos entre 30.000 y 35.000 millones, que irán destinados en su mayoría a las cajas.

Isidro Fainé.

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