Tribuna:DIARIO DE UN SNOB

Suárez-Fraga

Iba yo a comprar el pan y me encontré a Luis Apostúa, que pasea por el barrio su lengua de fuego apostólico sobre las cañas, como todos los que tienen vara en la Santa Casa:-Suárez es el único que puede parar a Fraga en las elecciones- me dice.

Vale, tío, pero me parece un sofisma. Ni Fraga tiene tanta pegada ni Suárez tiene por qué hacer de Santa Gema Galgani, de María Goretti y de la niña Josefina Vilaseca, inmolándose por la virtud de la democracia bajo las garras de los demagogos de derechas. Lo que pasa es que a Fraga se le usa como un impermeable reversible de quita y pon, para el...

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Iba yo a comprar el pan y me encontré a Luis Apostúa, que pasea por el barrio su lengua de fuego apostólico sobre las cañas, como todos los que tienen vara en la Santa Casa:-Suárez es el único que puede parar a Fraga en las elecciones- me dice.

Vale, tío, pero me parece un sofisma. Ni Fraga tiene tanta pegada ni Suárez tiene por qué hacer de Santa Gema Galgani, de María Goretti y de la niña Josefina Vilaseca, inmolándose por la virtud de la democracia bajo las garras de los demagogos de derechas. Lo que pasa es que a Fraga se le usa como un impermeable reversible de quita y pon, para el entretiempo político, y ahora le conviene al Gobierno la imagen de un Superfraga arrollador, entre el comic y la Campsa, para justificar la ambición de los tácitos, la escalada de Suárez o la guerra de los mundos.

-Que en el Metro han vuelto a aparecer pintadas eróticas -dice el parado.

Hombre, ya era hora, porque desde aquel 12 de febrero en que Arias dio a luz un espíritu, la pintada política había sustituido como para siempre a las otras, a las cachondas, que son más entretenidas, menos elementales, y permiten diversos niveles delectura, desde el estructural al freudiano. La vuelta de lapintada pornográfica y el tía exquisita bajo la foto de un filme de Nadiuska suponen que el personal se está despolitizando saludablemente.

-O sea quecunde la indiferencia -resume el abrecoches.

Claro, porque si el duelo al sol va a ser entre Suárez y Fraga, la lente dirá que ya se sabe la peli y que encima falta la Jennifer Jones. Eso no serían unas elecciones. Eso sería un telefilíne. Pueden ahorrarse los comicios y todo ese gasto de cabinas de madera para votar, que es mucha carpintería. Que lo resuelvan con un debate en la cocina, ante los telespectadores, como hacían antes los políticos norteamericanos.

-Eso. El problema sería saber quién de los dos tiene la cocina más resplandeciente.

Parece que Fraga usa omo, y Suárez, mistol. Aunque ninguno de los dos está en condiciones de enseñar su cocina política. Lo mejor sería encontrar una cocina neutral y bien presentada para el debate democrático. Llamo a una amiga mía que siempre anda fisgando las casas de los famosos, para que me oriente, pero dice el mayordomo que la señora ha salido a coger violetas imperiales al jardín, y que si él puede servirme en algo. Le explico mi caso, y dice:

Le sugiero al señor, con el permiso del señor, la cocina del señor conde de los Andes, que la tiene como los chorros del oro, señor, o la del señor García de Sáez, que también la tiene muy bien puesta, señor, y perdone el señor.

Bueno, pues eso, que a ver si han montado todo este rifirrafe de los mítines, los partidos, la ventanilla, los históricos, los. renovados, Oriol, habla-pueblo-habla, los rosarios ytoda la cosa para luego dejarnos en un mano, a mano Suárez/Fraga Iribarne, o sea un líder y un pesado del viejo gimnasio del Frente de Juventudes. Si es así, que nos den un día de campo en vez de ir a la urna, y que lo resuelvan en un pugilato de cocina, a ser posible por el uhacheefe, para no alterar la programación ni quitar Fiesta, que tenemos que enterarnos de si Iñigo ha encontrado el pendiente.

Suárez contra Fraga, porque Felipe no se entiende con Murillo, ni Areilza con Cabanillas, ni Gil Robles con Silva, ni Carrillo con Carmen Diez de Rivera. La Oposición está inerme; la izquierda, prohibida; el centro, desorientado, y el socialismo, escindido. Sólo nos quedan Fraga y Suárez, como al final del western. Pero ha muerto tanta gente (como en el western) que ya no nos acordamos quién era el bueno y quién era el malo. Eso ya nos lo dirán al día siguiente en el telediario.

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