Tribuna:DIARIO DE UN SNOB

La democracia es cara

Iba yo a comprar el pan y me encontré a Luis Otero, director de Personas, que tiene la redacción por el barrio:-La democracia es cara. Unos trescientos millones hacen falta para montar una campaña decente.

Claro, y encima lo que se te va en discos y pintadas, que es otro pico, porque las pintadas parece que las hacen profesionales a tanto la letra, más un plus de nocturnidad y otro de alevosía. Todos los partidos tienen a sus estilistas trabajando en los slogans de pared para que salgan lacónicos y con pocas letras. En esto parece más ahorrativa la izq...

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Iba yo a comprar el pan y me encontré a Luis Otero, director de Personas, que tiene la redacción por el barrio:-La democracia es cara. Unos trescientos millones hacen falta para montar una campaña decente.

Claro, y encima lo que se te va en discos y pintadas, que es otro pico, porque las pintadas parece que las hacen profesionales a tanto la letra, más un plus de nocturnidad y otro de alevosía. Todos los partidos tienen a sus estilistas trabajando en los slogans de pared para que salgan lacónicos y con pocas letras. En esto parece más ahorrativa la izquierda. En cambio la derecha, que tiene mayor tradición retórica, suele poner editoriales enteros de Maeztu en un retrete.

Se desmiente que Alianza Popular haya sacado su disco electoral, que eso es una pasta Una pasta inútil, me parece a mí, porque a Alianza le sobran himnos de los que puede echar mano, desde el Cara al sol hasta el himno de Acción Católica, aquel lo de Ser apóstol o mártir acaso, que cantaba mi querido Jesús Hermida con los chicos castos de Signo, antes de hacerse demócrata yanqui, y que era un himno que escenificaba muy bien Emilio Laguna, el gran actor vallisoletano, al que por cierto echaron de la tele en los felices sesenta por hacer ciertas parodias de El Pazo.

Hasta Adamo ha sacado un disco en defensa de los presos españoles, que eso me parece a mí una ingerencia musical en nuestros asunto internos, como es una ingerencia económica lo de la Boeing, que resulta que tampoco soborna ba españoles de la mano al pecho (lado de la cartera), como la Lockheed. Claro, la democracia es cara y nuestra derecha ha ido haciendo acopio de pasta, ha pasado la gorra de jugar al golf entre las compañías aéreas y los millonarios extranjeros de Puerto Banús, y ahora ya tienen un buen calcetín para montar sus campañas con discos, pintadas picnis, y cosas. La izquierda, que nunca ha tenido mano en la compra de aviones ni de tricielos para niño, tendrá que recurrir una vez más -ay, Señor- al oro de Moscú.

Me llaman para un almuerzo con Pío Cabanillas. ¿Irá este señor a pedirme o a ofrecerme dinero? En estos momentos, uno no sabe. O te quieren comprar la pluma o te quieren vender el escaño. Espero que Cabanillas sólo se proponga explicarme la diferencia entre el centollo de Cerebre y el de Vigo.

-Pegdeguía el tiempo, pogque tú no eges un escritog gastronómico, amog- dice Nadiuska, que anda malucha.

-De todos modos lo va a perder, porque tampoco soy un escritor político.

O sea que nos dedicaremos al centollo amistosamente. Puesto que su deuteragonista y paisano, Fraga, ya se ha sacado un disco electoral, a lo mejor don Pío quiere que yo le escriba su disco centrista, y encimaen gallego. Le voy a recomendar a Castelao, que es más autóctono.

-La democracia que nos viene es una democracia para ricos- -salta el parado.

-Para los pobres ya tenemos las conferencias de San Vicente de Paúl y las señoras del Ropero- dice el abrecoches. ..

Me llaman Ulled y Castellet, del Club de la Corbata de Barcelona, para que hable a favor o en contra de la prenda burguesa. Me lo dijo o Vizcaíno Casas mientras nos forrábamos de empanadillas en un cóctel al que nadie nos había invitado:

-Los rojos no usaban sombrero.

De modo que todos los nacionales se pusieron sombrero en los felices cuarenta. Ahora los rojos no usan corbata -salvo a niveles eurocomunistas-, así que hay que promocionar el trapito. Yo sólo uso corbata para ir a casa de Pitita, y como Pitita se va de embajadora a Londres, no me la volveré a poner. A no ser que nos venga una democracia cortefiel de corbata Camuñas, línea diplomática Areílza y esculpido a navaja coiffeure Suárez. Que ya es primavera en la Moncloa.

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