El PSC corta el debate sobre el tripartito para no desgastar a Montilla

El presidente catalán rechaza la dimisión de Ernest Maragall, tras retractarse éste

Apenas 24 horas ha podido sostener el consejero de Educación catalán y dirigente del PSC, Ernest Maragall, su órdago a José Montilla, a cuyo Gobierno acusó de carecer de "proyecto de país". La ejecutiva del Partit dels Socialistes de Catalunya vapuleó ayer hasta tal punto al consejero que éste no tuvo más remedio que retractarse de sus palabras y poner su cargo a disposición del presidente de la Generalitat y primer secretario del PSC.

Montilla no aceptó la dimisión, pero su entorno espera haber dejado claro que el partido no tolerará nuevas salidas de tono a apenas nueve meses para una...

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Apenas 24 horas ha podido sostener el consejero de Educación catalán y dirigente del PSC, Ernest Maragall, su órdago a José Montilla, a cuyo Gobierno acusó de carecer de "proyecto de país". La ejecutiva del Partit dels Socialistes de Catalunya vapuleó ayer hasta tal punto al consejero que éste no tuvo más remedio que retractarse de sus palabras y poner su cargo a disposición del presidente de la Generalitat y primer secretario del PSC.

Montilla no aceptó la dimisión, pero su entorno espera haber dejado claro que el partido no tolerará nuevas salidas de tono a apenas nueve meses para unas elecciones extremadamente delicadas para los socialistas catalanes, segundos en todas las encuestas.

La ejecutiva socialista de ayer fue de las más tensas que recuerdan sus dirigentes desde la marcha del ex presidente de la Generalitat y hermano del consejero díscolo, Pasqual Maragall. La inmensa mayoría de los asistentes recriminaron duramente al titular de Educación su reguero de críticas al tripartito y le recordaron que viajan juntos en el mismo barco. Montilla, más distanciado, se limitó a pedir a todos que se dediquen a explicar la buena labor que a su juicio ha hecho el tripartito y a "no distraerse". Maragall empleó un tono de disculpa para decir que en ningún momento había querido perjudicar al Gobierno. Nadie pidió directamente la dimisión del consejero, pero éste captó la indignación reinante en el partido y a primera hora de la tarde acudió al despacho de Montilla para poner su cargo a disposición del presidente. Montilla y Maragall hablaron durante una hora. A la salida, Maragall intentó rebobinar como pudo: "Que quede bien claro que sí, que creo, que estoy convencido de que este Gobierno tiene un proyecto de país, que ha tirado adelante desde el primer momento".

La oposición observó divertida lo que calificó de "espectáculo". Convergència i Unió y el Partido Popular volvieron a pedir elecciones anticipadas en Cataluña convencidos de que el tripartito se halla en fase de descomposición.

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