Cartas al director

¿Qué es alevosía?

En el caso del Tribunal Supremo que ha conocido la agresión de un hombre que dejó tetrapléjica a su mujer, y al que se le ha rebajado la pena en cinco años por no apreciar alevosía, ya que no se ha podido demostrar si la señora estaba durmiendo y por tanto indefensa ante su agresor, una persona corriente se pregunta ¿y cómo se puede probar esto? Si la señora dice que no se acuerda, pues despertó entre maniobras de estrangulación, teniendo a la vista un cuchillo, y siendo pisoteada en el cuello, suerte tiene de estar viva.

Parece lógico pensar que una persona que está en su casa a las cu...

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En el caso del Tribunal Supremo que ha conocido la agresión de un hombre que dejó tetrapléjica a su mujer, y al que se le ha rebajado la pena en cinco años por no apreciar alevosía, ya que no se ha podido demostrar si la señora estaba durmiendo y por tanto indefensa ante su agresor, una persona corriente se pregunta ¿y cómo se puede probar esto? Si la señora dice que no se acuerda, pues despertó entre maniobras de estrangulación, teniendo a la vista un cuchillo, y siendo pisoteada en el cuello, suerte tiene de estar viva.

Parece lógico pensar que una persona que está en su casa a las cuatro de la madrugada en la cama esté durmiendo, y no esperando a ver si viene un agresor para poder defenderse; pues bien, algunos magistrados, como el señor Varela, no tienen problemas en eliminar de un plumazo cinco potenciales años de reclusión para un supuesto delincuente peligroso al no ver probada la alevosía y, sin embargo, ver en la persona de Baltasar Garzón un magistrado prevaricador y probablemente peligroso como para intentar llevarlo a juicio e intentar acabar con su prestigiosa carrera judicial por meterse en camisa de once varas, es decir, en los entresijos de la Ley de Memoria Histórica.

Con este tipo de sentencias del Supremo me hago la eterna pregunta de ¿quién juzga a los jueces?- Ángel Luis Ramos Villar. Valencia.

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La operación de acoso y derribo contra Baltasar Garzón por parte de la mayoría conservadora de la judicatura española constituye una injusticia escandalosa que clama reparación al cielo, porque supone el linchamiento moral del único juez que ha tenido la decencia y el valor civil de tratar de esclarecer, castigar y reparar los crímenes atroces e impunes del franquismo. Y, si se confirma que esta infame emboscada del neofranquismo ha sido aupada o tolerada por el Gobierno socialista, debido al descrédito en que ha quedado la Ley de Memoria Histórica tras la actuación del magistrado en pro de las víctimas indefensas de la Guerra Civil y de la dictadura, entonces ya no cabe ninguna duda: la democracia española no sólo es "intransitiva", sino que además está en bancarrota moral. Atentamente.

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