Roto el pacto del Poder Judicial para el tribunal superior vasco

Los conservadores quieren vincular la elección a otros nombramientos

El proceso para elegir al nuevo presidente del Tribunal Superior vasco ha vuelto a encasquillarse. La designación del progresista Jaime Tapia como relevo del conservador Fernando Ruiz Piñeiro al frente de la institución, apalabrada "desde diciembre", ha quedado nuevamente en el aire tras la "ruptura" del preacuerdo alcanzado entre ambas corrientes ideológicas en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). La cuestión, pese a todo, no está bloqueada y permanece como punto en el orden del pleno que se celebrará el jueves.

La vocal del PNV en el Consejo, Margarita Uria, fue contundente a...

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El proceso para elegir al nuevo presidente del Tribunal Superior vasco ha vuelto a encasquillarse. La designación del progresista Jaime Tapia como relevo del conservador Fernando Ruiz Piñeiro al frente de la institución, apalabrada "desde diciembre", ha quedado nuevamente en el aire tras la "ruptura" del preacuerdo alcanzado entre ambas corrientes ideológicas en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). La cuestión, pese a todo, no está bloqueada y permanece como punto en el orden del pleno que se celebrará el jueves.

La vocal del PNV en el Consejo, Margarita Uria, fue contundente ayer al afirmar que, "desgraciadamente, no se han respetado los pactos" que se habían alcanzado. En efecto, el desencuentro en Euskadi no llega aislado, sino que afecta también al Tribunal Superior de Cataluña, donde se está "reconsiderando" la reelección de la conservadora Maria Eugènia Alegret, también consensuada en principio con los progresistas.

Debido a que la ley obliga a una mayoría cualificada para elegir a los presidentes de los tribunales superiores de justicia de las autonomías, el sector conservador y el progresista ponen un precio, a veces demasiado caro, a sus votos. En esta ocasión, según fuentes del Consejo del Poder Judicial, parece que los conservadores quieren forzar a los progresistas para elegir, en el mismo paquete que incluye a los presidentes de Cataluña y País Vasco, al nuevo jefe del Tribunal Superior de Justicia de Valencia, y que éste pertenezca a la conservadora Asociación Profesional de la Magistratura.

Los conservadores están dispuestos a renunciar a que De la Rua, al que Francisco Camps consideró "más que amigo", siga ocupando el máximo puesto judicial en Valencia.

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