Cartas al director

La familia

El día de Nochebuena nos reunimos en mi casa con la familia de mi mujer más de 30 personas, y alguna más el día de Navidad, entre hermanos, sobrinos, las correspondientes parejas, y algún sobrino nieto. Pronto saldremos para pasar el fin de año en Ávila con mi familia, no tan numerosa, de 13 personas. Todos los años esperamos estos días tan entrañables para estar juntos y celebrar nuestro cariño, recordando también a nuestros seres queridos que ya no están.

Pero también a lo largo del año buscamos cualquier pretexto para reunirnos, aun recorriendo grandes distancias, y pidiendo permiso ...

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El día de Nochebuena nos reunimos en mi casa con la familia de mi mujer más de 30 personas, y alguna más el día de Navidad, entre hermanos, sobrinos, las correspondientes parejas, y algún sobrino nieto. Pronto saldremos para pasar el fin de año en Ávila con mi familia, no tan numerosa, de 13 personas. Todos los años esperamos estos días tan entrañables para estar juntos y celebrar nuestro cariño, recordando también a nuestros seres queridos que ya no están.

Pero también a lo largo del año buscamos cualquier pretexto para reunirnos, aun recorriendo grandes distancias, y pidiendo permiso en el trabajo. Por eso me cuesta ver esa crisis de que tanto habla la jerarquía católica. En mi familia no somos muy religiosos y, aunque predomina el modo tradicional familiar, existen otros tipos de relación igualmente aceptados, respetados y queridos.

A la jerarquía católica, más le valdría mirar hacia adentro para tratar de resolver sus propios problemas: el más importante es que ellos mismos se han autoexcluido de esa familia que tanto defienden en virtud de un supuesto mandato divino, y ahora tienen que lidiar con los numerosos escándalos que, un día tras otro, salen a la luz en sus propias comunidades.

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