Enrique López, el nombre de la discordia, confía en ser aspirante

En septiembre de 2008, cuando parecía que se iba a proceder a renovar a los cuatro magistrados del Tribunal Constitucional que ya entonces llevaban nueve meses en funciones, el PSOE presentó a 18 candidatos distintos para negociar, pero se encontró con un trágala. El PP sólo presentó (en todos los Parlamentos autónomos) a Francisco José Hernando, ex presidente del Supremo, y a Enrique López, ex portavoz del Poder Judicial. Justamente los dos enemigos jurídicos del Gobierno en la legislatura que terminaba. Aquella jugada dejó atónitos e indignados a los socialistas y aún hoy no lo...

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En septiembre de 2008, cuando parecía que se iba a proceder a renovar a los cuatro magistrados del Tribunal Constitucional que ya entonces llevaban nueve meses en funciones, el PSOE presentó a 18 candidatos distintos para negociar, pero se encontró con un trágala. El PP sólo presentó (en todos los Parlamentos autónomos) a Francisco José Hernando, ex presidente del Supremo, y a Enrique López, ex portavoz del Poder Judicial. Justamente los dos enemigos jurídicos del Gobierno en la legislatura que terminaba. Aquella jugada dejó atónitos e indignados a los socialistas y aún hoy no lo pueden perdonar.

Un año después, Enrique López, hoy magistrado de la Audiencia Nacional, está seguro de que su candidatura sigue vigente. "Obviamente, formalmente seguimos siendo candidatos", afirma. En cuanto al proceso, se muestra tan prudente como los demás. "No depende de mí, es una voluntad que depende del Senado y estamos a disposición de ella", añade. Hernando, de 73 años, se jubiló y espera la decisión en su casa.

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Tras presentarse los candidatos, pronto surgió un problema añadido inesperado. La Mesa del Senado encargó un informe jurídico ordinario sobre sus currículos. Deben ser juristas de reconocido prestigio y tener 15 años de ejercicio profesional. Los servicios jurídicos hallaron tres candidaturas dudosas en cuanto al cómputo de los años en ejercicio. Entre ellas, la de Enrique López.

El magistrado afirma que su candidatura no tiene tacha. "Personalmente, no tengo ninguna duda de que es válida la candidatura. Pero estamos a disposición de los letrados de la Cámara", manifiesta.

En las siguientes semanas cundió el desánimo. El PSOE renunció a impugnar a López. El PP renunció a negociar nada. El presidente del Senado, finalmente, renunció a intentar siquiera los nombramientos. Son necesarios tres quintos de la Cámara y por tanto el consenso es obligatorio. Hoy día, fuentes del PP en el Senado reconocen que si el PSOE admitiera a López no tendrían ninguna excusa formal para no renovar el Constitucional este mismo mes. Pero tampoco ocultan que prefieren las cosas como están.

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