Caballero se pone al frente del rechazo de Vigo a la fusión

Escepticismo en las dos cajas ante la oferta de pacto lanzada por Feijóo

Mientras Caixanova guardaba silencio, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, se erigió ayer en portavoz del rechazo político y empresarial del sur de Galicia a la fusión entre las dos entidades de ahorro de Galicia. Un día después de que el presidente de la Xunta anunciase la convocatoria a los directivos de ambas cajas, los partidos de la oposición y los agentes sociales para buscar un pacto que salvaguarde el sistema financiero gallego, el regidor socialista de Vigo dejó patente que la postura del sur no se ha movido un milímetro. "Caixanova es eficiente y solvente. Debe y va a seguir con sede ...

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Mientras Caixanova guardaba silencio, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, se erigió ayer en portavoz del rechazo político y empresarial del sur de Galicia a la fusión entre las dos entidades de ahorro de Galicia. Un día después de que el presidente de la Xunta anunciase la convocatoria a los directivos de ambas cajas, los partidos de la oposición y los agentes sociales para buscar un pacto que salvaguarde el sistema financiero gallego, el regidor socialista de Vigo dejó patente que la postura del sur no se ha movido un milímetro. "Caixanova es eficiente y solvente. Debe y va a seguir con sede en Vigo", proclamó Caballero, quien anunció que no aceptará "presiones" de la Xunta para que la caja del sur pierda su "proyecto autónomo".

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Caixanova mantiene su propósito de intentar una fusión virtual con cajas de otras comunidades. A la preferencia por Cajastur se suma ahora Caja Burgos, que también se descolgó del proceso de unidad de las entidades de Castilla y León. Caixa Galicia también aguarda con escepticismo las reuniones de la próxima semana, aunque por motivos distintos. La entidad que dirige José Luis Méndez está abierta a la fusión, pero considera muy improbable derribar la resistencia de Caixanova. De momento, Caixa Galicia tampoco va a interrumpir sus contactos fuera de la comunidad, especialmente con Caja Madrid y Caja de Ahorros del Mediterráneo, sus socios predilectos. Mientras, Feijóo dejó ayer un aviso a los directivos de las cajas: las entidades no han de responder sólo ante sus asambleas sino también "ante el conjunto del pueblo".

El debate sobre el mapa financiero gallego está bajando peligrosamente al terreno de un enfrentamiento entre las dos principales ciudades de Galicia. Políticos y empresarios se han lanzado a defender sus posiciones, que curiosamente coinciden en A Coruña y Vigo con lo que piensan sus respectivas cajas. Ayer fue el alcalde vigués, Abel Caballero, el que se manifestó ratificando lo que "ya tenía claro" hace tiempo: "Caixanova es eficiente y solvente. Debe y va a seguir con sede en Vigo".

Caballero incluso aplaudió los planes de la caja presidida por Julio Fernández Gayoso de aliarse con otras de fuera de Galicia: "Tiene un proyecto autónomo con futuro", argumentó el regidor, quien advirtió que no aceptará "presiones" para que la sede se vaya de la ciudad. Un día antes se fraguaba en A Coruña un frente a favor de la fusión comandado por el alcalde Javier Losada, el presidente de la Diputación, Salvador Fernández Moreda y el presidente de la patronal, Antonio Fontenla, entre otros.

A la espera de la reunión que el martes ha convocado Feijóo, los movimientos continúan en todas las direcciones. En A Coruña, el consejo de la entidad que dirige José Luis Méndez conoció el pasado jueves el contenido de varios informes elaborados por consultoras externas que apoyan la viabilidad de una unión con la caja de Vigo. Sin embargo, los miembros de la cúpula de Caixa Galicia, aunque no lo dan por zanjado, están persuadidos de que el "no" de Gayoso es casi inamovible. Fuentes de la entidad explicaron que van a continuar las conversaciones con Caja Madrid y la Caja de Ahorros del Mediterráneo para un proceso de integración que el PP nacional respaldaría, pese al rechazo de Feijóo y su Gobierno. De forma paralela, Caixanova sigue trabajando para presentar su opción, que consistiría en un acuerdo, a través del Sistema Institucional de Protección (SIP), una fusión virtual, con Cajastur como apuesta preferente, aunque también ha habido los primeros contactos con Caja Burgos, que se descolgó del proceso iniciado por las demás cajas de Castilla y León. La variable asturiana se ha enfriado desde que ésta ha tenido que hacerse cargo de la manchega. Así que nada está, por el momento, cerrado. Y más aún cuando las alianzas externas tendrían que contar con la autorización de la Consellería de Facenda, tal y como figura en el artículo 35 de la Lei de Caixas de Aforro de Galicia.

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Mientras, Feijóo declaró ayer su confianza en que todas las partes sepan estar "a la altura de las circunstancias para lograr la solvencia y el futuro ligado a Galicia de las cajas", pero al mismo tiempo deslizó una nueva advertencia a las entidades financieras. Las cajas, dijo Feijóo, deben explicar "ante la sociedad gallega", y no sólo ante sus respectivas asambleas, las decisiones que tomen a partir de ahora, porque, "no pueden olvidar que son del conjunto del pueblo y que tienen una gran responsabilidad social". El presidente defiende que, pase lo que pase, las decisiones se sigan tomando en la comunidad autónoma, como refrendaron todos los grupos del Parlamento.

En la búsqueda de un gran pacto, Feijóo se va a encontrar con un obstáculo importante: el voto desfavorable emitido en el último consejo de Caixanova, celebrado la semana pasada. Ese acuerdo también es un escudo para Gayoso contra quienes le acusan de defender posiciones "personalistas", después de haber estado 41 años al frente como director general y de llevar casi tres en la presidencia.

Y ese veto también se explicitó ayer con gestos. El primero, por la mañana, en un hotel de Vigo donde el conselleiro de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras, Agustín Hernández, presentaba ante un centenar de empresarios y políticos -la mayoría del PP-, los proyectos de su departamento. Ningún representante de Caixanova acudió a escucharlo "por problemas de agenda", según justificó la caja horas después. Por la tarde, ante 130 altos cargos de la caja, Julio Fernández Gayoso y su director, José Luis Pego, presumieron de la mejora de los ratios de solvencia y eficiencia de la entidad. El pasado jueves, Gayoso tampoco asistió a la entrega de los premios Fernández Latorre, que concede La Voz de Galicia. Allí su editor, en presencia de Feijóo, exigía un "gran acuerdo" sobre las cajas por encima de "personalismos".

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