Crítica:DANZA

Lirismo y canon

Una función de ballet muy justificada, pues representaba el debú oficial de un nuevo programa. Corella se aventura en la coreografía con el septeto Souvenir de Florencia, de Chaikovski, y asume el riesgo de una pieza coral, comprometida y de ritmos que impelen al virtuosismo expositivo. Inevitablemente pegado a lo balanchiniano como forma y como estilo, Corella se empeña en el fraseo detallista consonante, que es la épica del maestro georgiano, y recurre al canon y a un seguimiento gentil del armónico musical, con lo que a ratos acierta y aún debe revisar ciertos enlaces. El tercer movi...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Una función de ballet muy justificada, pues representaba el debú oficial de un nuevo programa. Corella se aventura en la coreografía con el septeto Souvenir de Florencia, de Chaikovski, y asume el riesgo de una pieza coral, comprometida y de ritmos que impelen al virtuosismo expositivo. Inevitablemente pegado a lo balanchiniano como forma y como estilo, Corella se empeña en el fraseo detallista consonante, que es la épica del maestro georgiano, y recurre al canon y a un seguimiento gentil del armónico musical, con lo que a ratos acierta y aún debe revisar ciertos enlaces. El tercer movimiento es el más conseguido. Joseph Gatti estuvo brillante en sus giros y sus saltos, sobrio y elegante.

CORELLA BALLET CASTILLA LEÓN

String Sextet: Ángel Corella / Chaicovski; Don Qujote (pas de deux): Petipa-Gorski / Minkus; VIII: Christopher Wheeldon / Benjamín Britten; Fancy Free: Jerome Robbins / Leonard Bernstein.

Gala UNICEF.

Teatro Real. Madrid. 15 de octubre.

El plato fuerte de la velada era sin duda VIII de Wheeldon, un ballet de 2002 que entra en el repertorio español. Su tema es el dramático acontecer entre el rey Enrique VIII y sus dos primeras esposas, Catalina de Aragón y Ana Bolena. Wheeldon da una lección de síntesis y buen hacer balletístico. Huye de la descripción naturalista y se adentra en el arco de lo simbólico con maestría y soltura.

El propio Ángel Corella y la cubana Adhiráis Almeida bailaron Don Quijote con la intervención de dos alumnos aventajados: Ainoa Gómez y David Navarro, que dieron réplica y gracioso contraste con las estrellas de hoy, acaso haciendo presagiar las estrellas del mañana.

Fancy free, como el clásico que es, resulta refrescante y muestra la enorme capacidad de Robbins para dotar a sus personajes de retrato mediante la danza misma y sus recursos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En