Reportaje:Primeros Juegos suramericanos

Los Obama y nada más

Chicago supeditó su proyecto al magnetismo del presidente

Todo divagaciones hasta que irrumpieron los Obama. Todo tedioso, frío y poco convincente hasta que irrumpieron los Obama. Todo prescindible hasta que irrumpieron los Obama. Chicago, que a las 8.45 abrió el turno de las presentaciones, no consiguió conmover a su madrugador auditorio quizá porque supeditó por completo su proyecto al magnetismo del presidente de Estados Unidos y su esposa, que no es poco, desde luego.

La exposición arrancó al ritmo de un blues con voces proclamando las bondades de la metrópoli, "una ciudad que representa el corazón de Estados Unidos", según Anita DeFrantz,...

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Todo divagaciones hasta que irrumpieron los Obama. Todo tedioso, frío y poco convincente hasta que irrumpieron los Obama. Todo prescindible hasta que irrumpieron los Obama. Chicago, que a las 8.45 abrió el turno de las presentaciones, no consiguió conmover a su madrugador auditorio quizá porque supeditó por completo su proyecto al magnetismo del presidente de Estados Unidos y su esposa, que no es poco, desde luego.

La exposición arrancó al ritmo de un blues con voces proclamando las bondades de la metrópoli, "una ciudad que representa el corazón de Estados Unidos", según Anita DeFrantz, una de las dos representantes estadounidenses que forman parte de la asamblea del COI.

El tono de la presentación sólo subió de decibelios cuando tomó la palabra el alcalde, Richard M. Daly, que se exhibió en unas cuantas fotos con Barack Obama al tiempo que rebobinaba hasta Berlín 1936, "cuando dos atletas negros como Jesse Owens y Ralph Metcalfe defendieron a una nación que no respetaba sus derechos humanos". "Los Juegos demostraron entonces que son un rayo de esperanza", concluyó Daly.

Al margen de enfatizar que en la Villa Olímpica habría una playa privada, Chicago aceleró en búsqueda del verbo de Michelle y Barack Obama. La candidatura resultó tan alejada de la sensibilidad popular que ni siquiera ofreció una imagen del baloncestista Michael Jordan en alguno de los vídeos difundidos.

Con Michelle y Barack al frente se dispararon los sentimientos. Tanto que, concluido el acto, el presidente pidió el beneplácito de Jacques Rogge, máximo dirigente del COI, para saltarse el protocolo y estrechar la mano a cuantos miembros de la asamblea acudieron a su paso. Fueron muchos, por supuesto.

Barack Obama, junto a su esposa, Michelle.ASSOCIATED PRESS

MICHELLE OBAMA "El ejemplo de mi padre"

"Mi padre estuvo determinado a que el deporte fuera una línea de conexión con el mundo para mí y para mi hermano después de que le diagnosticaran esclerosis múltiple a los 30 años. Nací y crecí en la parte sur de Chicago, no muy lejos de donde se hará la ceremonia de inauguración de los Juegos. Mi padre se habría sentido muy orgulloso de verlos. Su lucha diaria fue un ejemplo para la familia: nos enseñó las reglas fundamentales del juego, como hacer las cosas con honor, dignidad y justicia. Mi padre era mi héroe y, cuando pienso en lo que estos Juegos pueden significar, pienso en gente como mi padre, con retos increíbles, pero que no cejan para conseguirlos. Vengo de una familia trabajadora, con valores fuertes. Yo jugaba con los otros chicos del barrio y los deportes me hicieron confiar en mí misma, trabajar en equipo, competir de igual a igual. Además, el deporte es un regalo que compartí con mi padre. Algunos de mis mejores recuerdos consisten en estar con mis padres y dar aliento a Nadia Comaneci o Carl Lewis y sentirme muy bien, totalmente inspirada. Pero nunca imaginé que la llama olímpica alguna vez podría iluminar mi propio barrio".

BARACK OBAMA "Una gran metrópoli con corazón"

"Les exhorto a elegir Chicago, Estados Unidos. Y, si lo hicieran y recorremos juntos este camino, les aseguro que Chicago y Estados Unidos realmente enorgullecerán al mundo. Sé que se enfrentan a una difícil elección entre cuatro ciudades y naciones enormes. Vengo a pedirles que elijan Chicago por lo mismo que yo la elegí hace 25 años, la razón por la que me enamoré de la ciudad que llamo mi casa. No sólo porque conocí a mi mujer, que ya habrán visto que es un gran punto para vender la ciudad, sino porque nunca he tenido raíces en ningún lugar, cultura o grupo étnico y en las calles de Chicago trabajé con mucha gente diferente y vi que es la ciudad americana más americana. Cada barrio tiene su propio carácter, personalidad, historia, canciones, idiomas..., pero todas forman parte de una misma ciudad. Chicago es un lugar donde se puede celebrar lo que hace a la gente diferente y lo que tienen en común. Es una gran metrópoli con corazón de pequeña ciudad donde la gente se reúne para trabajar por un sueño común con disciplina y dedicación. Yo me presenté a la presidencia porque creía que, en este momento revelador, Estados Unidos tenía la responsabilidad de ayudar en ese esfuerzo, de forjar nuevas alianzas con países, gentes..., y nadie espera que los Juegos vayan a resolver todos los retos, pero sí creemos que en un mundo donde somos testigos de los aspectos más amargos de la realidad una competición entre naciones representa lo mejor de la humanidad".

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