Reportaje:CINE

Títulos pioneros egipcios

Los occidentales pensamos que el cine empezó en Francia, un día en que los hermanos Lumière se aburrían; que el celuloide pasó su adolescencia en el Viejo Continente y que creció vigoroso en Estados Unidos. Y sí y no. Sí, porque esos dos continentes fueron fundamentales para el desarrollo del séptimo arte. Y no, porque fundamental no quiere decir único. En los años veinte y treinta ya se rodaban películas por los cinco continentes. De ahí que no está de más la llamada de atención que ofrece la Casa Árabe (Alcalá, 62), donde arranca el viernes (a las 19.30, entrada libre) un ciclo titulado ...

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Los occidentales pensamos que el cine empezó en Francia, un día en que los hermanos Lumière se aburrían; que el celuloide pasó su adolescencia en el Viejo Continente y que creció vigoroso en Estados Unidos. Y sí y no. Sí, porque esos dos continentes fueron fundamentales para el desarrollo del séptimo arte. Y no, porque fundamental no quiere decir único. En los años veinte y treinta ya se rodaban películas por los cinco continentes. De ahí que no está de más la llamada de atención que ofrece la Casa Árabe (Alcalá, 62), donde arranca el viernes (a las 19.30, entrada libre) un ciclo titulado Los primeros pasos del cine egipcio. En él podrán verse algunos de esos títulos pioneros, obras de arte tan valiosas por su antigüedad como por su calidad. El arranque de este repaso con La rosa blanca (1933), de Mohammed Karim, recupera a uno de esos directores infravalorados por no ser de culturas predominantes. Durante todo octubre continuará el ciclo.

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