Fuegos incontrolados cercan Atenas y obligan a desalojar a 20.000 personas
El Gobierno griego pide ayuda a la UE para frenar los focos que arrasan el Ática
Los fuertes vientos que soplaron ayer en Grecia con rachas de hasta 60 kilómetros por hora impulsaron dramáticamente los incendios que desde el viernes arrasan la región del Ática. Las llamas alcanzaron ayer la periferia norte de Atenas, a unos 15 kilómetros del centro, obligando a las autoridades griegas a desalojar a unos 20.000 residentes de la localidad de Agios Stefanos. Tras haber declarado el estado de emergencia en el este del Ática el sábado, ayer el Gobierno griego tuvo que pedir ayuda a la UE para contrarrestar los fuegos, que anoche quedaban incontrolados en varios frentes.
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Los fuertes vientos que soplaron ayer en Grecia con rachas de hasta 60 kilómetros por hora impulsaron dramáticamente los incendios que desde el viernes arrasan la región del Ática. Las llamas alcanzaron ayer la periferia norte de Atenas, a unos 15 kilómetros del centro, obligando a las autoridades griegas a desalojar a unos 20.000 residentes de la localidad de Agios Stefanos. Tras haber declarado el estado de emergencia en el este del Ática el sábado, ayer el Gobierno griego tuvo que pedir ayuda a la UE para contrarrestar los fuegos, que anoche quedaban incontrolados en varios frentes.
Las columnas de humo y cenizas que se levantaban desde las superficies quemadas cubrían ayer el cielo de la capital. Decenas de personas fueron ingresadas por complicaciones respiratorias, mientras las fuerzas de seguridad recorrían con megáfonos las zonas más cercanas al frente del fuego para impulsar el desalojo de las casas. Decenas de inmuebles quedaron calcinados en la periferia de Atenas, en un fin de semana en el que se han declarado más de 100 fuegos en todo el país.
El incendio ha llegado a unos 15 kilómetros del centro de la capital
El primer ministro, Kostas Karamanlis, presidió ayer una reunión extraordinaria de su Gobierno. La pesadilla de los terribles incendios que azotaron Grecia en el verano de 2007 -causando la muerte de 65 personas y desatando intensas críticas a la gestión del Ejecutivo- reapareció en la memoria colectiva helénica. A siete meses de las próximas elecciones generales, con los socialistas que aventajan en los sondeos a los conservadores de Karamanlis, el Gobierno se ve sometido a una prueba decisiva.
A los 12 aviones cisterna, 7 helicópteros, 644 bomberos y 340 soldados desplegados por las autoridades griegas para frenar las llamas que amenazan Atenas, se añadieron ayer dos Canadair enviados por Italia. Chipre contribuyó a los esfuerzos con un helicóptero cisterna, un avión militar C 130, una brigada de comandos especiales del Ejército, cuatro vehículos y 60 bomberos. Otros medios se esperaba que llegaran de Francia.
"Más de 12.000 hectáreas han quedado ya quemadas. Es un desastre ecológico y el fuego está fuera de control en varios frentes", resumió el delegado del Gobierno de Atenas, Yiannis Sgouros.
"Los vientos son más fuertes y cambian constantemente de dirección", dijo el portavoz de los bomberos, Yiannis Kapakis, explicando las dificultades en la lucha contra las llamas. Kapakis indicó además que de todos los incendios declarados en el país en el fin de semana, seguían ayer activos al menos cinco de grandes dimensiones.
Las fuerzas de seguridad decidieron restringir parcialmente el acceso a Atenas desde el norte. El portavoz de la policía, Panos Stathis, pidió a los atenienses que tenían previsto regresar a la capital tras el fin de semana que se abstuvieran de hacerlo "por su propia seguridad". El funcionario agregó que los empleados civiles serán disculpados por su ausencia laboral.
Las conexiones por tren también quedaron interrumpidas desde el norte, a unos 20 kilómetros de la entrada a Atenas.
Entre los inmuebles evacuados por Protección Civil figuran dos hospitales pediátricos, uno militar, una clínica psiquiátrica, campamentos de verano de niños y diversos monasterios.
El incendio que amenaza Atenas empezó en la noche del viernes cerca del pueblo de Gramatiko, unos 40 kilómetros al este de la capital.
"Las llamas se acercan y estamos solos"
"Hemos estado implorando a las autoridades para que enviaran bomberos desde esta madrugada... ahora es demasiado tarde, demasiado tarde. La destrucción es enorme. Han permitido que un solo fuego destrozara todo el Ática". Las palabras pronunciadas ayer por Panayiotis Bitakos, teniente alcalde de Agios Stefanos, mientras las llamas arrasaban inmuebles de la localidad, resumen el dramático desbordamiento que sufrieron las fuerzas de seguridad griegas ante el gran frente de fuego -con un perímetro de 80 kilómetros- que avanza hacia Atenas.
No fueron las únicas. "La situación es trágica. Se están quemando casas y no tenemos ningún vehículo cisterna", denunciaba el alcalde de Maratona, Spiros Zagaris.
"Estamos aquí solos y las llamas se están acercando", gritaba en una comunicación telefónica con una cadena de televisión una vecina de la comunidad de Pikermi, también en la periferia de Atenas.
"Nos vamos a quemar vivos... nos quedaremos aquí para proteger nuestras casas. Hemos enviado a los niños a un lugar seguro", aseguraba desesperado un vecino de Maratona.
El primer ministro, Kostas Karamanlis, llamó públicamente a evitar semejantes comportamientos. "Rogamos a todos los ciudadanos que cumplan con las indicaciones de desalojo de los responsables. Nos enfrentamos a una terrible amenaza", dijo Karamanlis. "Las fuerzas de seguridad están cumpliendo un esfuerzo sobrehumano", añadió el gobernante, que sobrevoló la zona afectada en helicóptero.
Mientras, la justicia ordenó ayer una investigación para establecer el origen de los incendios y sus circunstancias, dado que la mayoría de las autoridades locales ha denunciado ante los medios que se trata de "acciones intencionadas" perpetradas con el propósito de edificar en las zonas arrasadas.