Análisis:EL ACENTO

El Parnaso en pie de guerra

Calderón de la Barca y Lope de Vega están de enhorabuena: mientras los pueblos de Zalamea y Fuente Obejuna los mantienen vivos en el recuerdo, la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) vela por los derechos contantes y sonantes de su obra. Bien es verdad que la satisfacción de los dramaturgos, si es que en el Parnaso que ganaron se puede sentir satisfacción alguna, no debe de ser completa a causa de los pleitos que enfrentan a los albaceas de su memoria popular y, por así decir, a los gestores de sus dineros (o los de sus adaptadores). Unos y otros no se ponen de acuerdo sobre si deveng...

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Calderón de la Barca y Lope de Vega están de enhorabuena: mientras los pueblos de Zalamea y Fuente Obejuna los mantienen vivos en el recuerdo, la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) vela por los derechos contantes y sonantes de su obra. Bien es verdad que la satisfacción de los dramaturgos, si es que en el Parnaso que ganaron se puede sentir satisfacción alguna, no debe de ser completa a causa de los pleitos que enfrentan a los albaceas de su memoria popular y, por así decir, a los gestores de sus dineros (o los de sus adaptadores). Unos y otros no se ponen de acuerdo sobre si devenga derechos la representación de estas obras en los lugares que las inspiraron. Pero la importancia de las cifras cede ante la fuerza del conflicto que se perfila, y que nada tiene que envidiar al de las propias obras de Calderón y de Lope. El alcalde de Zalamea -el actual, Javier Paredes, no el del teatro- encarna el valor espiritual del recuerdo, lo mismo que su antepasado de la ficción, Pedro Crespo, simboliza los de la honra. Y la alcaldesa de Fuente Obejuna no ha dudado en hacer un guiño al "todos a una", convocando con transparente intención a sus vecinos.

En el caso de la SGAE, por su parte, es difícil saber si, en Zalamea, el papel que mejor le cuadra es el de Mendo, que sueña casarse con Isabel, la bella hija de Crespo, para unir nobleza y dinero, o el del capitán ejecutado por raptarla e intentar abusar de ella. En Fuente Obejuna, en cambio, parece fuera de toda duda que tendrá que vestir las galas del Comendador, obsesionado por cobrar derecho de pernada sobre la bella Laurencia. Como diría un clásico del que, por cierto, no se sabe si aún genera derechos, son trabajos -o mejor dicho, papeles- sucios, pero alguien tiene que hacerlos.

Haría bien la SGAE en tomar nota de con quién se juega los cuartos, porque la rebelión popular contra los recaudadores del impuesto no habría hecho más que empezar. Los alcaldes de Zalamea y Fuente Obejuna se han puesto en contacto para hacer frente unidos a sus demandas. Y no sólo eso, sino que el lunes hablarán también con los regidores de Olmedo y La Vaquera de Hinojosa. De seguir así, puede que el Parnaso español acabe en pie de guerra.

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