Crítica:ARTE

Transparencias

La plástica de Per Kirkeby (1938) es una de esas rarezas que obliga a reflexionar sobre el sentido de la pintura, más allá del marco, y dentro de él. Ligado al auge de la nueva pintura alemana durante los ochenta, su trabajo se sitúa en la línea de Baselitz, Lüpertz o Immendorf, pero con un sentido más existencial. Dos décadas después de su primera y única individual en España, en el IVAM, llega a Huesca una recopilación de la obra de este artista danés realizada en los últimos años, dibujos a tiza y óleos, bronces y una escultura/monumento de ladrillo instalada en la localidad de Plan, en el ...

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La plástica de Per Kirkeby (1938) es una de esas rarezas que obliga a reflexionar sobre el sentido de la pintura, más allá del marco, y dentro de él. Ligado al auge de la nueva pintura alemana durante los ochenta, su trabajo se sitúa en la línea de Baselitz, Lüpertz o Immendorf, pero con un sentido más existencial. Dos décadas después de su primera y única individual en España, en el IVAM, llega a Huesca una recopilación de la obra de este artista danés realizada en los últimos años, dibujos a tiza y óleos, bronces y una escultura/monumento de ladrillo instalada en la localidad de Plan, en el valle oscense de Gistaín. Kirkeby es grabador, poeta, ensayista, escenógrafo y geólogo, y todas estas facetas se materializan con inusitada coherencia en la serie de cuadros que cuelgan en el centro de arte de la Fundación Beulas a la manera de una sonata de colores. Se trata de expresiones, trazos y veladuras que apuntan a una realidad natural, como si los escenarios que enmarcan sus numerosas esculturas al aire libre se hubieran transfigurado ahora tímidamente en la soledad de una pintura; tizas y pigmentos que bailan libres dentro de pizarras sobre conglomerados, una manera de traducir beuysianamente el tempo lento de los movimientos telúricos, y la mecánica del suelo formando estratos geológicos, trazos de muros y bóvedas de ornamento contenido. Como en diálogo con estas ventanas a la naturaleza, se erigen frente a ellas los pequeños bronces patinados, a la manera de maquetas rodinianas donde se insinúan, más que concretan, los volúmenes. Para el artista, estas figuras -puertas, columnas, arcos, cabañas, cuevas- buscan el parecido formal de las grandes obras de ladrillo site specific, lo que las convierte a su vez en un eslabón más hacia la concreción de la arquitectura/monumento en el paisaje.

Per Kirkeby

Centro de Arte y Naturaleza

Fundación Beulas (CDAN)

Huesca. Hasta el 18 de octubre

Pero sin duda la obra más valiosa de todo el conjunto es la construcción que Kirkeby ha ideado y realizado para el pirineo oscense, una estructura hecha con ladrillos a orillas del río Cinqueta. Su carácter monolítico y cristalino, enigmático tal vez, revela un cierto anonimato en un paraje de poderosa visibilidad. Contemplamos una arquitectura que deriva de las formas naturales y que a la vez busca su contraste. En su erosión retornará a la naturaleza, y ese mismo entorno se apropiará de aquellas ruinas hasta convertirlas en una auténtica transparencia.

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