Reportaje:

La 'musikene' de Barenboim

Sara Galán toca el fagot en la West-Eastern Divan Orchestra - Con 19 años, estudia desde hace tres en el Conservatorio donostiarra

Multiculturalidad y música. Al contrario de lo que muchos creen, no hace falta irse hasta Israel, Palestina o Egipto para conocer a una de las jóvenes celebridades que forman parte de la West-Eastern Divan Orchestra de Daniel Barenboim. Sara Galán, una joven que estudia en San Sebastián, y su fagot tienen desde hace dos temporadas su hueco en el conjunto, un proyecto que irradia esperanza, convivencia, filosofía y talento musical y que se ha alzado como un ejemplo a seguir de respeto y tolerancia.

Nacida en Madrid hace 19 años, se trasladó hace tres a San Sebastián, donde el próximo año...

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Multiculturalidad y música. Al contrario de lo que muchos creen, no hace falta irse hasta Israel, Palestina o Egipto para conocer a una de las jóvenes celebridades que forman parte de la West-Eastern Divan Orchestra de Daniel Barenboim. Sara Galán, una joven que estudia en San Sebastián, y su fagot tienen desde hace dos temporadas su hueco en el conjunto, un proyecto que irradia esperanza, convivencia, filosofía y talento musical y que se ha alzado como un ejemplo a seguir de respeto y tolerancia.

Nacida en Madrid hace 19 años, se trasladó hace tres a San Sebastián, donde el próximo año finaliza sus estudios en Musikene, el Centro Superior de Música del País Vasco. La semana pasada, con motivo de la Quincena Musical, Galán volvió a la capital guipuzcoana con el resto de la orquesta que dirige Barenboim. "He estado enseñando la ciudad a varios compañeros israelíes", comenta, atendiendo a las preguntas con una tranquilidad innata apenas dos horas antes de su concierto en el Kursaal del pasado jueves.

"He estado enseñando la ciudad a varios compañeros israelíes"
Galán entró a estudiar en el Centro Superior de Música antes de lo habitual

La joven instrumentista relata que el idioma habitual en la orquesta es el inglés, aunque muchos dominan el alemán y el maestro habla seis idiomas con fluidez. Palabras aparte, predomina el lenguaje de los sonidos, de las notas, ya que, como defiende el director en la página web de la formación (www.west-easterndivan.artists.warner.de), "la música hace que la West-Eastern Divan sea posible porque no contiene las asociaciones limitadas que sí tienen las palabras".

"Esta noche quiero llevarles a cenar pinchos", indicaba Galán ese día. En la orquesta, el "buen rollo" es la cosntante y los conflictos políticos parecen algo lejano. Se trata, a fin de cuentas, de un proyecto ejemplar que demuestra cómo las buenas intenciones son la respuesta a muchos de los problemas de todo tipo.

Con uno de sus coartífices ya en el recuerdo -el filósofo y escritor palestino Edward Said falleció en 2003-, la orquesta actúa estos días en Salzburgo (entre el miércoles y el domingo próximos), Bayreuth (el día 19) y Londres (21 y 22). A este ritmo, Sara Galán reconoce: "Este año no hemos salido mucho de noche". Han tenido además menos tiempo para ensayar la gira del décimo aniversario de la formación.

Galán sale de fiesta y tiene las mismas costumbres que cualquier joven de su edad, pero lo cierto es que no es una artista cualquiera. A los ocho años ya se había decantado por el fagot -Barenboim empezó con el piano a los cinco- y a los 16 entró en Musikene, cuando la edad habitual son los 19. "Este curso han entrado los de mi generación", apunta al ser preguntada por cómo se siente al ser la pequeña. Ella termina el próximo curso. Como buena alumna de Musikene, reconoce haber salido alguna vez al paseo de La Concha a tocar: "Ganamos 52 euros en media hora", recuerda entre risas.

Sara Galán, fotografiada junto a la entrada del Kursaal.JESÚS URIARTE

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