Un palacio de ida y vuelta

Un juez obliga al Consistorio a devolver un edificio que expropió ilegalmente - El inmueble, abandonado durante una década, está valorado en 40 millones

A medio camino entre la plaza de Tirso de Molina y La Latina hay un palacio de los de toda la vida. Precioso, gigante, construido a mediados del siglo XVIII. Pero se cae a trozos. Está justo a mitad de la calle del Duque de Alba y hasta hoy era propiedad del Ayuntamiento. Carmen Martín, una mujer de más de 80 años que vive sin luz ni agua y a quien el gobierno municipal considera una "okupa", es su único morador. Lleva ahí desde que nació. Pero, precisamente, el Consistorio dijo hace dos años que esperaba una orden del juez "inminente" para desalojarla. Ahora, en vez de eso, lo que ha dictado ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

A medio camino entre la plaza de Tirso de Molina y La Latina hay un palacio de los de toda la vida. Precioso, gigante, construido a mediados del siglo XVIII. Pero se cae a trozos. Está justo a mitad de la calle del Duque de Alba y hasta hoy era propiedad del Ayuntamiento. Carmen Martín, una mujer de más de 80 años que vive sin luz ni agua y a quien el gobierno municipal considera una "okupa", es su único morador. Lleva ahí desde que nació. Pero, precisamente, el Consistorio dijo hace dos años que esperaba una orden del juez "inminente" para desalojarla. Ahora, en vez de eso, lo que ha dictado el magistrado es que la expropiación que se realizó en 1998 fue ilegal y debe revertir de nuevo en sus antiguos propietarios, una constructora que pensaba hacer un gran hotel. Un follón que puede costarle ahora al Ayuntamiento unos 40 millones si quiere recuperar el edificio.

"Hay una falta de información a la oposición increíble", critica Ángel Pérez
Cuatro ataúdes hacían de focos e iluminaban el cuadrilátero

En 1998, la corporación que entonces dirigía José María Álvarez del Manzano, expropió el inmueble, catalogado con máxima protección y con una superficie de 7.200 metros cuadrados, para darle un uso social. El edificio era de una constructora que pensaba instalar un gran hotel y que lo había comprado a sus antiguos dueños un año antes. Pero por unos cuatro millones de euros, la concejalía de Urbanismo, dirigida por Ignacio del Río, se lo arrebató.

Primero el Ayuntamiento pensó en instalar ahí la sede de la concejalía de Medio Ambiente. Llegó incluso a decirse que se invertirían 12 millones de euros para rehabilitarlo y que el proyecto correría a cargo del arquitecto portugués Álvaro Siza. También se habló de una biblioteca pública. Pero tampoco.

Luego se cambió de idea, y la EMVS anunció que construiría pisos para jóvenes en el antiguo palacio. Concretamente, 88 apartamentos para estudiantes. Los requisitos que se anunciaron en su momento eran: ser menor de 35 años, residir aún en el domicilio familiar, no ser propietario ni arrendatario de otra vivienda... En fin, la cuestión es que el Ayuntamiento volvía a vender otro proyecto distinto para el edificio que había expropiado. Pero la realidad se empeñó en dejar en papel mojado esos anuncios.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Pasaron los años y la cosa no arrancaba. Y Carmen Martín, mientras la antigua propiedad pleiteaba con el Ayuntamiento de Madrid, seguía ahí metida, sin luz ni agua. Subsistiendo con la comida que le llevaban sus hijos cada semana. "Es que esto no lo pueden tirar, ¿sabe? Es monumento nacional y vale muchos millones", explica ella con cierto gracejo. Carmen, anuncia con decisión, no piensa moverse de ahí.El edificio aparecía en el plan general de 1997 como equipamiento social. Pero el juez ha considerado ahora, en sentencia firme, que los pisos protegidos no lo eran, según fuentes consultadas de Urbanismo. Y además, se ha tenido en cuenta que se estaba vulnerando el principio de urgencia por el que fue expropiado hace ya más de 10 años. Es decir, si en una década no se ha construido nada, quizá no era necesario expropiarlo. Varias de las muchas sentencias favorables al propietario que ha logrado el bufete de abogados de Javier Guisasola lo ordenan muy claro: "Que se inicie el proceso de reversión". El Ayuntamiento debe devolverlo a su dueño.

"La voluntad del propietario es llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento. Estamos en disposición de buscar fórmulas para que no le sea tan gravoso. Se le puede ceder a cambio de otra cosa, un arrendamiento, una permuta", explica Guisasola. "Si al Ayuntamiento no le interesa negociar, lo que haremos es un hotel de cuatro estrellas", añade.

"Hay una falta de información a los grupos de la oposición increíble. Hasta ahora no sabíamos que había una sentencia y el Ayuntamiento seguía anunciando los pisos para jóvenes. Y encima, después de tanta foto delante del palacio, el futuro del equipamiento no depende de ellos", critica el portavoz de IU en el Consistorio, Ángel Pérez.

El Ayuntamiento dice que acata la sentencia. Pero no quiere pronunciarse sobre el resultado ni hacer valoraciones. "Lo estudiaremos y veremos qué se puede hacer", explicó un portavoz del área de Hacienda. De momento tendrán que negociar con el antiguo propietario del palacio para tratar de comprarle el edificio, que hoy está tasado en unos 40 millones euros. Una cifra que se ha visto notablemente reducida con la crisis económica. Según la propiedad, el inmueble llegó a valer alrededor de 70 millones en los tiempos del boom.

En sus orígenes, en el siglo XVIII, el inmueble de la polémica sirvió de escuela para los hijos de los criados del rey Carlos III. En 1791, el arquitecto Antonio de Abajo lo convirtió en una residencia para la duquesa de Sueca, esposa del primer ministro de Carlos IV, Manuel Godoy. En 1837 se convirtió en el colegio de Humanidades de Francisco Serra, y a finales del siglo XIX se transformó en un cuartel de la Guardia Civil. Luego llegaron las viviendas donde nació Carmen. Y de ahí, al lío actual.

Archivado En