Tribuna:ENCADENA2 | TOUR 2009 | Novena etapa

Los mecánicos

Nadie los conoce. Sólo se les ve cuando saltan de un coche en marcha para cambiar en segundos una rueda pinchada, o cuando se asoman en postura acrobática por la ventanilla para ajustar un cambio o apretar la tija de un sillín. Y sin embargo son imprescindibles: el éxito en una carrera reside en las piernas de los corredores y en las manos de los mecánicos. Los ciclistas son conscientes de su importancia y los recompensan con la décima parte de la bolsa común y solidaria donde se guarda el dinero que todo el equipo va ganando. Las otras nueve se reparten por igual entre los nueve corredores....

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Nadie los conoce. Sólo se les ve cuando saltan de un coche en marcha para cambiar en segundos una rueda pinchada, o cuando se asoman en postura acrobática por la ventanilla para ajustar un cambio o apretar la tija de un sillín. Y sin embargo son imprescindibles: el éxito en una carrera reside en las piernas de los corredores y en las manos de los mecánicos. Los ciclistas son conscientes de su importancia y los recompensan con la décima parte de la bolsa común y solidaria donde se guarda el dinero que todo el equipo va ganando. Las otras nueve se reparten por igual entre los nueve corredores.

Los mecánicos son los primeros en comenzar el trabajo diario y resulta curioso ver cómo se afanan en el camión-taller en las horas previas a la salida. Es su territorio y advierten al intruso que se acerca: "Que no toque una bicicleta nadie que no sepa cuidarla". Allí dentro huele a una mezcla de herrería y linimento, como si al mismo tiempo atendieran a la mecánica y a curar las heridas. Examinan cada bicicleta con la tensa concentración del escudero que afila las armas para la inminente batalla de su caballero, vigilan su peso como un dietista vigila el peso de sus pacientes, cuidando de que no bajen de los 6,800 kilos que establece la UCI, aprietan un tornillo invisible o fijan una zapata con una meticulosa y tierna precisión. Dominan un vocabulario técnico al que los demás no tenemos alcance: roldanas, tronchacadenas, tija, trinquete, bulones, cala, buje, llave de dados..., y conocen qué lugar ocupa cada pieza y qué función desarrolla en el delicado organismo de la máquina. Saben bien que una bicicleta no es sólo un puñado de hierros al que se le han articulado dos ruedas con cubiertas de caucho. Por eso, cuando están solos les hablan al oído de los manillares, les palmean el lomo y les limpian la suciedad hasta sacarles brillo.

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Muchos de ellos fueron en su día corredores que no llegaron a triunfar y ahora compensan su fracaso con las victorias de los suyos. Cuando gana uno del equipo con la bicicleta que ellos han ajustado, en el fulgor de alegría que abrillanta sus ojos se descubre una tierna chispa de nostalgia.

Eugenio Fuentes es escritor y Timm Kölln, fotógrafo.

Alejandro Torralbo mima la bici de Carlos Sastre.TIMM KÖLLN

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