El 'feliz cumpleaños' delató al jefe del clan de la Camorra

La Guardia Civil descubrió que Scarpa regentaba un almacén y una pizzería

¡Buon compleanno! ¡Feliz cumpleaños!, gritaron a coro la familia y los amigos mientras Vincenzo Scarpa quizá soplaba las velas de la tarta con que se cerraba la fiesta que le habían preparado en su chalé del número 94 de la calle del Rododendro, en Rivas Vaciamadrid (Madrid). Una fiesta, celebrada el 28 de abril, que pasó desapercibida para todo el mundo menos para los guardias civiles de la Unidad Central Operativa (UCO) que estaban tras sus pasos desde hacía unos meses.

El sospechoso se hacía llamar Domenico Scarpa incluso por su esposa, su hijo y sus empleados. Pero algo no en...

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¡Buon compleanno! ¡Feliz cumpleaños!, gritaron a coro la familia y los amigos mientras Vincenzo Scarpa quizá soplaba las velas de la tarta con que se cerraba la fiesta que le habían preparado en su chalé del número 94 de la calle del Rododendro, en Rivas Vaciamadrid (Madrid). Una fiesta, celebrada el 28 de abril, que pasó desapercibida para todo el mundo menos para los guardias civiles de la Unidad Central Operativa (UCO) que estaban tras sus pasos desde hacía unos meses.

El sospechoso se hacía llamar Domenico Scarpa incluso por su esposa, su hijo y sus empleados. Pero algo no encajaba: quien cumple años todos los 28 de abril es Vincenzo, no su hermano Domenico, que lo hace el 2 de octubre. De modo que, a partir de ese momento, los guardias no tuvieron duda de que el supuesto Domenico era en realidad Vincenzo, un presunto jefe del clan de la Camorra napolitana conocido como Los Españoles. Una comprobación técnica más permitió a los agentes determinar que era el hombre cuya busca y captura, por narcotráfico, había sido instada por las autoridades italianas.

Vincenzo Scarpa estaba huido de la justicia desde el año 2007 y ésta sospechaba que estaba refugiado en España, un país en el que ya fue arrestado en 2005 en compañía del capo Rafaelle Amato, en Barcelona. Además, la policía italiana tenía información de que este individuo podría estar tras la empresa Italiascar, radicada en la calle de Sierra de las Alpujarras de Arganda del Rey (Madrid) y dedicada a la comercialización de productos alimenticios italianos.

Italiascar fue el hilo del que tiró la Guardia Civil durante tres meses, incluyendo horas y horas de vigilancia en torno a esta empresa y a una pizzería y una cafetería de la avenida de Pablo Iglesias, en Rivas Vaciamadrid. En total, daba trabajo a más de 30 personas.

Cerrado el cerco en torno al supuesto cabecilla, la Unidad Especial de Intervención (UEI) de la Guardia Civil asaltó hace unos días el chalé y detuvo a Vicenzo, a su esposa Immacolata, su hijo Bruno y varios presuntos lugartenientes y hombres de confianza. En la vivienda del supuesto mafioso había 24 teléfonos móviles, por lo que el pinchazo de sus conversaciones era una misión imposible.

Durante la operación, la UCO se incautó de 200.000 euros, 11 automóviles de alta gama, joyas, relojes, así como abundante documentación. En cambio, no se halló ningún arma de fuego.

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La Guardia Civil cree que el entramado de empresas montado por Scarpa era utilizado para el blanqueo de dinero. Sin embargo, tanto el almacén de productos italianos como la pizzería y la cafetería -aunque inicialmente no fueron negocios demasiado rentables- ahora daban beneficios y empleo a un nutrido grupo de personas originarias de Torre Annunziata, uno de los feudos de la Camorra napolitana.

Vincenzo Scarpa, en una calle de Arganda.

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