Carcaño supo que le grababan

La cárcel comunicó al preso por error que iban a intervenir sus llamadas

El juez que investiga el crimen de Marta del Castillo quería escuchar lo que el asesino confeso, Miguel Carcaño, le contara en la cárcel a su abogada y a otras personas que le telefonearan o le visitaran. Por eso autorizó a la policía a intervenir las llamadas y la correspondencia que recibiera. Pero la cárcel cometió un error "lamentable", según la propia dirección del centro: le contó a Carcaño que iban a grabarle. Las escuchas, que estaban pensadas para aportar pistas a la investigación, se han convertido ahora en una prueba intoxicada.

Un portavoz de Instituciones Penitenciarias rec...

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El juez que investiga el crimen de Marta del Castillo quería escuchar lo que el asesino confeso, Miguel Carcaño, le contara en la cárcel a su abogada y a otras personas que le telefonearan o le visitaran. Por eso autorizó a la policía a intervenir las llamadas y la correspondencia que recibiera. Pero la cárcel cometió un error "lamentable", según la propia dirección del centro: le contó a Carcaño que iban a grabarle. Las escuchas, que estaban pensadas para aportar pistas a la investigación, se han convertido ahora en una prueba intoxicada.

Un portavoz de Instituciones Penitenciarias reconoció ayer que la cárcel, "por error", notificó al asesino confeso de Marta el auto en el que el juez, Francisco de Asís Molina, dio luz verde a la policía para intervenir sus llamadas y su correspondencia. Según explicó al juez la dirección de la cárcel, el fallo se produjo por la costumbre de notificar a los reclusos todas las comunicaciones relativas a su situación, informa Efe. Además, según la prisión, el auto de la policía llegó por fax un día antes de que se notificara que las llamadas iban a formar parte del secreto de sumario.

Las fuentes de Instituciones Penitenciarias aseguraron ayer que el error se comunicó al juez "inmediatamente" después de que la cárcel se diera cuenta del fallo. Pero estas fuentes no precisaron el tiempo transcurrido entre que empezaron las escuchas y el juez fue informado de que Carcaño, de 20 años, sabía que le grababan. Según la dirección de la cárcel, al preso se lo dijeron el 2 de marzo. Algunas de las conversaciones grabadas con su abogada, Paloma Pérez Sendino, son del 2 de abril.

Las charlas de Carcaño con su abogada quedaron registradas en el locutorio de la prisión. El contenido de algunas de ellas es tan estrambótico que se explica mejor sabiendo que el preso era consciente de que le estaban grabando y quería aprovechar para lanzar nuevas pistas falsas y exculparse de alguno de los delitos que se le imputan. En uno de los diálogos, a los que ha tenido acceso Efe, el asesino confeso se muestra preocupado por que la policía no haya encontrado el cuerpo de Marta en el vertedero de Alcalá de Guadaíra. Carcaño insiste a su abogada en que él arrojó el cadáver a un contenedor con la ayuda de El Cuco, el menor de edad imputado, y que la única explicación que se le ocurre es que, cuando él ya estaba en casa de su novia en Camas, el menor y Samuel Benítez sacaran de allí el cuerpo. Carcaño sostiene también que su hermano (imputado y excarcelado la semana pasada) nunca "supo nada" y asegura que él "lo único que quiere" es que encuentren el cadáver.

El joven volvió ayer a los juzgados para responder de la fianza conjunta de 240.000 euros que el juez ha impuesto a los cuatro imputados mayores de edad. Aportó su parte del piso de la calle León XIII, donde presuntamente se cometió el crimen y que está hipotecado.

Miguel Carcaño, ayer, a la salida de los Juzgados de Sevilla.GARCÍA CORDERO
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