Luces y sombras del nuevo hospital

El nuevo hospital de Dénia ha cumplido unos primeros cien días de agitada existencia. En ese tiempo, la gestión privada del centro de la mercantil Marina Salud ha sido sometida a un riguroso examen cuyo resultado arroja luces y sombras: numerosos usuarios critican que los 113 millones de euros desembolsados por la empresa no han paliado las graves deficiencias de una comarca que lleva años a la cola sanitaria de España. Otros, en cambio, ven en el majestuoso edificio de salas diáfanas, pasillos acristalados y tecnología de vanguardia todo un símbolo de que los tiempos de penuria en la sanidad ...

El nuevo hospital de Dénia ha cumplido unos primeros cien días de agitada existencia. En ese tiempo, la gestión privada del centro de la mercantil Marina Salud ha sido sometida a un riguroso examen cuyo resultado arroja luces y sombras: numerosos usuarios critican que los 113 millones de euros desembolsados por la empresa no han paliado las graves deficiencias de una comarca que lleva años a la cola sanitaria de España. Otros, en cambio, ven en el majestuoso edificio de salas diáfanas, pasillos acristalados y tecnología de vanguardia todo un símbolo de que los tiempos de penuria en la sanidad de La Marina Alta han concluido.

"A veces parece que nos falla la memoria y ya no nos acordamos del viejo hospital de antes, repleto de colas y de camas en los pasillos", señala José, jubilado de Dénia que ha estado internado una semana en el nuevo centro. Y añade: "Aquí yo he tenido una habitación para mí solo, mientras que en el otro hospital estuve en un viejo salón de actos en el que habían metido 20 camas amontonadas. Creo que hemos mejorado".

"Le atendieron a las 12, como le habían dicho. Eso no sucedía nunca"

De hecho, las 212 habitaciones individuales de las que dispone el complejo constituyen una de las mejores bazas de Marina Salud, que además ha impuesto una cierta racionalización en las consultas externas. Rosa, la hija de José, cuenta que a un familiar le citaron a las 12 del mediodía en oncología: "¿Y sabe usted qué pasó? Pues que le atendieron a las 12 en punto, tal y como le habían dicho. Eso no había sucedido nunca".

Sin embargo, algunas voces sindicales han advertido de que la empresa, condicionada por la necesidad de obtener resultados, no ha destinado todos los médicos que hacía falta a algunas de las áreas.

Esta otra cara más amarga de la realidad del centro, la de las listas de espera, es la que sale a relucir durante la conversación en la flamante cafetería rodeada de jardineras: "Hoy, por fin me han dado el informe de una radiología que me hice hace cinco semanas. ¡Cinco semanas! Es una barbaridad. Por fortuna no tenía nada grave", asegura Raquel. Y a su lado, su amiga Luisa asiente: "Es que juegan con la salud de la gente: conozco el caso de un vecino que lleva tres meses esperando una cita en cardiología y ya le hemos aconsejado una clínica privada".

Luisa y Raquel han venido a tomar un café porque son amigas de una enfermera, que da su negativa versión de la situación laboral: "Nos hacen trabajar casi 200 horas más al año por el mismo sueldo y los sindicatos nos han advertido de que van a echar a toda la gente que contrataron en diciembre". Y añade: "Abrieron este centro con prisas, sin medicinas ni material: conozco una compañera que durante una operación tuvo que bajar a por Betadine a una farmacia". No obstante, admite que esta situación tiende a normalizarse y alaba que el hospital cuente con 12 quirófanos.

Cerca de la cafetería está el área de Urgencias, cuyo funcionamiento ha sido muy controvertido: los sindicatos aseguran que se han producido hasta 14 horas de espera. No obstante, una joven que ahora mismo sale del área con un esguince cuenta que apenas ha aguardado una hora y que solo tiene elogios por la atención que ha recibido en uno de los modernos boxes del departamento.

No obstante, para completar este cuadro es necesario acudir a otros lugares de Dénia. Por ejemplo, a los juzgados, donde sigue tramitándose la denuncia presentada por F.V. contra Marina Salud después de que el personal de Urgencias se negara a atenderle durante cuatro horas pese a que había sufrido un accidente, lo que le obligó a marcharse a un centro privado. O en el colegio de educación especial Raquel Payà, donde Marga lleva a su hijo, quien hace unas semanas participó en la protesta del Ampa porque el hospital carece de neuropediatría, lo que le obliga a llevar al niño periódicamente a Gandia.

Pese a estas situaciones, fuentes del hospital señalan: "Todos los problemas se arreglarán en los próximos meses, como ya hemos viniendo demostrando: se dijo que no se ofrecería diálisis y ya se ofrece y la unidad de neuropediatría estará funcionado en junio". El centro pide pues paciencia: "Como sucede en todas las empresas, los primeros meses son difíciles pero poco a poco los pacientes de La Marina Alta saldrán ganando".