Un 'pagafantas' y un buscavidas
Dos antihéroes protagonizan las películas presentadas en el Festival de Málaga
Un antihéroe sin suerte con el sexo opuesto, en Pagafantas, de Borja Cobeaga, y un buscavidas que vive una vida prestada, en 7 pasos y medio, de Lalo García, son los protagonistas de las dos nuevas óperas primas presentadas ayer en la sección Oficial del Festival de Cine Español de Málaga.
Ese pagafantas (el que paga las fantas a las chicas sin conseguir que éstas vean en él más que a su mejor amigo) es interpretado por Gorka Otxoa, quien conoce a Claudia (Sabrina Garciarena) y cree que su suerte ha cambiado. Sin embargo, poco a poco, comprobará que se...
Un antihéroe sin suerte con el sexo opuesto, en Pagafantas, de Borja Cobeaga, y un buscavidas que vive una vida prestada, en 7 pasos y medio, de Lalo García, son los protagonistas de las dos nuevas óperas primas presentadas ayer en la sección Oficial del Festival de Cine Español de Málaga.
Ese pagafantas (el que paga las fantas a las chicas sin conseguir que éstas vean en él más que a su mejor amigo) es interpretado por Gorka Otxoa, quien conoce a Claudia (Sabrina Garciarena) y cree que su suerte ha cambiado. Sin embargo, poco a poco, comprobará que se trata de uno más de sus fracasos.
Según Cobeaga, la historia tiene un componente autobiográfico, aunque él ya está "reformado" y ha "superado esa fase". Por ello, es una película "hecha desde las tripas" para la que ha elegido "el lado patético de la vida".
"Los personajes no son perdedores porque para serlo tendrían que haber perdido algo, y esta gente nunca ha tenido nada", afirmó el director donostiarra, al que le interesaba "algo realista, que dé vergüenza ajena, que se pase bien y mal, que la risa se congele en un punto y que haya un equilibrio entre lo cruel y lo tierno".
Por su parte, en 7 pasos y medio, Abel (Ernesto Alterio) quiere tener otra vida y se reencuentra con Luis (Pere Arquillué), un antiguo amigo de juventud que está casado con Elisa (Ingrid Rubio) y que le ofrece cambiar de forma radical su situación.
Su director, Lalo García, explicó que la película relata "la utilización de una supuesta amistad como herramienta para la confrontación entre la venganza y la ambición de los dos protagonistas en un ambiente de corrupción".
Para ello el cineasta se inclinó por una apuesta visual sombría. "Queríamos dibujar un ambiente denso desde el principio, que no fuera florido, colorista ni feliz, y que acompañara a la historia dándole un ambiente sórdido dentro del ambiente de lujo en el que viven", señaló el director.